"Bianchi es el hombre"

Carlos Bianchi, Carlitos el virrey, está "a un paso" de firmar por el Atlético, según confirman desde la cúpula directiva del club madrileño. Pero el entrenador argentino, ex técnico del Boca Juniors, mantiene algunas diferencias de orden económico con la entidad rojiblanca. Su ficha anual rondaría los dos millones de euros.

Los "flecos", los célebres "flecos" que eternizan las negociaciones veraniegas, "son el único obstáculo para que firme", asegura un alto directivo, que concede que "Bianchi es el único candidato al banquillo". El candidato indicado por Toni Muñoz, el d...

Carlos Bianchi, Carlitos el virrey, está "a un paso" de firmar por el Atlético, según confirman desde la cúpula directiva del club madrileño. Pero el entrenador argentino, ex técnico del Boca Juniors, mantiene algunas diferencias de orden económico con la entidad rojiblanca. Su ficha anual rondaría los dos millones de euros.

Los "flecos", los célebres "flecos" que eternizan las negociaciones veraniegas, "son el único obstáculo para que firme", asegura un alto directivo, que concede que "Bianchi es el único candidato al banquillo". El candidato indicado por Toni Muñoz, el director deportivo, que ha pedido por enésima vez que le dejen maniobrar sin interferencias, que ha pedido garantías de que eso será así, pues no se fía. Mientras tanto, César Ferrando, a quien el club debe indemnizar con 600.000 euros, todavía no ha firmado su finiquito.

"Me han hecho daño", dice Ferrando, que no podrá continuar con su "proyecto". Bianchi, de 55 años y una larguísima y brillante trayectoria en Argentina, donde se aproxima a la veintena de títulos ganados, será su sustituto. Siempre y cuando lo permitan los pequeños detalles que faltan por aclarar.

Bianchi se crió en Villa Real, uno de esos suburbios que convierten a Buenos Aires en una ciudad interminable. Desde los 11 años ayudaba a su padre. Repartió periódicos hasta los 18, cuando le hicieron su primer contrato. Su tarea era vender los diarios y las revistas en los autobuses. Aún ayuda de vez en cuando a su madre, encargada ahora del puesto.

"Tiene prestigio. No queríamos otro entrenador de perfil bajo", revelan desde el Atlético. Evidentemente, esa brillante hoja de servicios "hay que pagarla y es que es un gran esfuerzo económico", dicen.

Bianchi, hace una semana, no tenía muy claro que le apeteciese cambiar de continente. Pero el proyecto que le han presentado le ha convencido. "La idea es fichar a tres grandes jugadores", le explican. "Tenemos una gran cantera", le cuentan. "La defensa y algunos puestos clave están ya cubiertos", le aseguran. A Bianchi, confirman desde su entorno, le gusta el Atlético. Su historia, por ejemplo. Su afición. "Nunca iría al Madrid", ejemplifican para describir lo que le resulta "atractivo" a Bianchi. El Atlético le resulta "atractivo".

El historial del técnico argentino es largo. Como jugador y como entrenador. Delantero, en el Vélez Sarsfield marcó 206 goles. Después se marchó a Francia, donde aún conserva una casa -por eso la primera reunión con Toni Muñoz, el viernes, fue en París-. Jugó en el Reims, el París Saint Germain y el Racing de Estrasburgo. Fue el máximo goleador durante cinco temporadas en Francia. Se retiró en Vélez en 1984, a los 35 años. Regresó al Reims, donde se inició como entrenador. Consiguió que ascendiese a Primera. Luego trabajó en el Niza y el París Saint Germain hasta que el Vélez le llamó en 1993. El palmarés de Bianchi enlaza un título detrás de otro con el Vélez y el Boca. Fracasó en su fugaz paso por el Roma.

La llegada de Bianchi, según revela el técnico, podría llevar aparejada la de Riquelme, que aún pertenece al Barcelona y quien ha afirmado: "Quiero volver a jugar con Carlos". El Atlético, a petición del preparador, ya diseña la operación.

Precisamente, el chileno Manuel Pellegrini, el sorprendente técnico del Villarreal, no esconde que su modelo es Bianchi: buen gusto, ideas flexibles, confianza en los jóvenes. "Es nuestro hombre", le señalan desde el Atlético. Sólo que aún "faltan unos detalles" que, auguran desde el club, "se resolverán en dos o tres días". Quizá menos.