Cinco años después, Figo

Un aplauso, una ovación de intensidad poco más que media, pudo ser el último homenaje de la afición del Bernabéu a Luis Figo.

El portugués, fichado en el verano de 2000 cuando era el capitán del Barça, puso la piedra fundamental del proyecto de Florentino Pérez en el Madrid. Con la hinchada madridista, sin embargo, nunca ha conseguido el nivel de comunión que estableció con la afición del Camp Nou.

Ayer, Figo pudo jugar su último partido con la casaca blanca. Todo depende de las ofertas que tenga de otros clubes, y de cómo discurra la negociación por su renovación, si es que renu...

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Un aplauso, una ovación de intensidad poco más que media, pudo ser el último homenaje de la afición del Bernabéu a Luis Figo.

El portugués, fichado en el verano de 2000 cuando era el capitán del Barça, puso la piedra fundamental del proyecto de Florentino Pérez en el Madrid. Con la hinchada madridista, sin embargo, nunca ha conseguido el nivel de comunión que estableció con la afición del Camp Nou.

Ayer, Figo pudo jugar su último partido con la casaca blanca. Todo depende de las ofertas que tenga de otros clubes, y de cómo discurra la negociación por su renovación, si es que renueva por el Madrid finalmente.

Figo fue relegado al banquillo en el último clásico contra el Barcelona. Desde entonces, su presencia en el equipo ha sido casi anecdótica. Ayer, el técnico, Vanderlei Luxemburgo, le dio entrada en el segundo tiempo, para que disputara los últimos 20 minutos con Guti. Probablemente, el entrenador quiso darle la oportunidad de despedirse. Pero todo es incierto en el fútbol, y más incierto aún en un futbolista como Figo.

Figo dijo que fichó por el Madrid "para ganar prestigio", y lo ha conseguido. Al cabo de cinco años ha ganado dos Ligas y una Liga de Campeones. Hasta 2003. En ese punto, su colección de títulos se interrumpe. La crisis ha golpeado a todos, pero sobre todo al portugués. Cada vez que se ha especulado con una renovación, esta temporada, el club ha insinuado que Figo sería el primero en marcharse. Es difícil asegurar que eso se materialiará este verano. Lo mismo ocurrió el año pasado con Roberto Carlos y el brasileño sigue firme en el lateral derecho. Luxemburgo, además, es su amigo, y parece poco probable que el Madrid se desprenda de él. Si de algo sirve, el público le despidió con una pitada al brasileño.

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