La productividad avanza sólo un 0,4%, menos de lo estimado

El principal motor de este vertiginoso aumento del PIB ha sido el empleo generado en los últimos años. La revisión al alza de las cifras de ocupación ha sido incluso más intensa que la del PIB. Así, el año pasado la economía española contaba con 17,4 millones de puestos a tiempo completo, un millón más de los estimados inicialmente. El crecimiento respecto a 2003 fue del 2,7%, frente al 2,1% anunciado.

Las diferencias son aún mayores en los años anteriores a 2004, lo que indica que el empleo -principalmente de origen inmigrante- ha estado creciendo en ese periodo con más intensidad de l...

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El principal motor de este vertiginoso aumento del PIB ha sido el empleo generado en los últimos años. La revisión al alza de las cifras de ocupación ha sido incluso más intensa que la del PIB. Así, el año pasado la economía española contaba con 17,4 millones de puestos a tiempo completo, un millón más de los estimados inicialmente. El crecimiento respecto a 2003 fue del 2,7%, frente al 2,1% anunciado.

Las diferencias son aún mayores en los años anteriores a 2004, lo que indica que el empleo -principalmente de origen inmigrante- ha estado creciendo en ese periodo con más intensidad de lo estimado hasta ahora.

Como consecuencia de ese aumento de la ocupación, la productividad aparente (resultado de dividir el PIB entre el número de trabajadores) se desacelera, con un resultado más uniforme en todo el periodo. Frente al 0,6% anunciado, este indicador avanzó un 0,4%. Mejorar la productividad es el principal objetivo de política económica del Gobierno. "Esto nos reafirma en la necesidad de cambiar el patrón de crecimiento e impulsar de manera decidida la productividad en España", indicó ayer el secretario de Estado de Economía, David Vegara.

La evolución, no obstante, difiere según los sectores. La productividad decreció en 2004 en la industria y la agricultura, mientras que creció en construcción y comercio (tras dos años de caídas), hostelería y transporte y comunicaciones.

Los salarios pierden peso

A pesar del crecimiento del empleo, los trabajadores son la parte menos beneficiada del aumento general de la riqueza. Con la inclusión de nuevos empleados, principalmente inmigrantes dispuestos a trabajar por sueldos más bajos, la remuneración por asalariado crece menos de lo dicho. De representar un 49,3% del PIB, este concepto ha perdido peso hasta el 47,7%.

En consecuencia, a las empresas les cuesta menos dinero producir lo mismo. Los costes laborales crecieron un 2,7% (medio punto menos que la inflación) en 2004, por debajo del 3,1% calculado anteriormente. Frente a esta desaceleración de lo que percibe el trabajador, el excedente de explotación (beneficios empresariales) crecieron hasta arañar dos puntos de PIB, con lo que representan el 41,8% del total.

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