LA LIDIA | FERIA DE SAN ISIDRO

El Fandi: "Cada año se me valora más"

David Fandila, El Fandi (Granada, 1981), fue campeón de Andalucía de esquí cuando todavía era un adolescente, pero la tradición familiar le llevó por el camino de los toros. Un abuelo y su padre habían sido banderilleros, un tío abuelo, novillero, y así hasta cinco miembros de la saga que habían intentado hacer carrera vestidos de luces, pero ninguno se había deslizado sobre la nieve con el afán de alcanzar una meta.

"Es verdad que no se me daba mal lo del esquí", dice el torero, "pero cuando decidí ser torero, lo dejé. Entonces, mi familia no me hizo mucho caso, y creo que ahora...

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David Fandila, El Fandi (Granada, 1981), fue campeón de Andalucía de esquí cuando todavía era un adolescente, pero la tradición familiar le llevó por el camino de los toros. Un abuelo y su padre habían sido banderilleros, un tío abuelo, novillero, y así hasta cinco miembros de la saga que habían intentado hacer carrera vestidos de luces, pero ninguno se había deslizado sobre la nieve con el afán de alcanzar una meta.

"Es verdad que no se me daba mal lo del esquí", dice el torero, "pero cuando decidí ser torero, lo dejé. Entonces, mi familia no me hizo mucho caso, y creo que ahora se siente orgullosa de mí". Tomó la alternativa en la plaza de Granada en el día del Corpus de 2000, y pronto se hizo famoso por su extraordinario poderío con las banderillas. "Cada año procuro hacer algo nuevo en este tercio", asegura El Fandi; "mi ilusión es conseguir que sea muy variado y vistoso para que el público disfrute, porque creo que las banderillas estaban un poco abandonadas".

A pesar del unánime reconocimiento que ha alcanzado como banderillero -en este momento es, indiscutiblemente, el mejor rehiletero en activo-, se esfuerza cada día para que la afición vea en él a un torero completo en los demás tercios de la lidia. "Ésa es mi ilusión, sin duda", confiesa, "y reconozco que cada temporada se me valora y cotiza más; éste es mi quinto año como matador de toros y, afortunadamente, noto la progresión".

En este sentido, el torero se siente muy satisfecho de los avances alcanzados con la muleta: "Disfruto mucho con ella en las manos", afirma, "y cada día me encuentro más seguro a medida que noto que mi forma de torear llega con facilidad al público". Dice que concede a la Feria de San Isidro una máxima importancia -"es la más significativa del calendario"-, pero no oculta que su temporada la tiene encauzada. "La previsión es que toree bastantes corridas, entre 80 y 90, pero lo que más me preocupa es cuajar toros en plazas importantes", concluye.

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