Como un golpe
No hay música más dura que la de la Sexta de Mahler. Y de esa premisa partió la versión que la OBC y su titular Ernest Martínez Izquierdo ofrecieron en su anual visita madrileña. El maestro se situó en la línea Adler-Mitropulos-Bernstein y construyó un edificio asentado desde el principio en el vigor de la desolación, en la fuerza de lo imposible. Tuvo pleno sentido la contundencia sonora, la fuerza arrebatada de una inspiración que, como pocas veces, se une a la vida interior sin trampa ni cartón. Hubo una entrega sin fisuras, se dio todo, se llegó hasta el fondo por encima de irregula...
No hay música más dura que la de la Sexta de Mahler. Y de esa premisa partió la versión que la OBC y su titular Ernest Martínez Izquierdo ofrecieron en su anual visita madrileña. El maestro se situó en la línea Adler-Mitropulos-Bernstein y construyó un edificio asentado desde el principio en el vigor de la desolación, en la fuerza de lo imposible. Tuvo pleno sentido la contundencia sonora, la fuerza arrebatada de una inspiración que, como pocas veces, se une a la vida interior sin trampa ni cartón. Hubo una entrega sin fisuras, se dio todo, se llegó hasta el fondo por encima de irregularidades técnicas -y junto a excelentes prestaciones individuales como la de la joven trompeta solista- perfectamente asumibles en un esfuerzo así.
Orquesta Sinfónica de Barcelona y Nacional de Cataluña
Ernest Martínez Izquierdo, director. Mahler: Sinfonía nº 6. Auditorio Nacional. Madrid, 13 de mayo.