Reportaje:FÚTBOL | Vuelta de las semifinales de la Copa del Rey

Un páramo de goles

Torres no ve complicado marcar a Osasuna pese a que el Atlético, que ha cedido a casi todos sus arietes, sólo ha metido un tanto en seis partidos

Los técnicos de las categorías inferiores del Atlético saben cómo se fabrica un delantero. Se fijan en su punto de gravedad. En su manera de romper el viento braceando. En su capacidad de ordenar en un eje de coordenadas el aire cercano al área. Los fabrican en serie. Braulio, Arizmendi, Del Moral, Toché, David y Rubén son internacionales en las categorías menores. "Delanteros y laterales es lo más fácil de moldear", comenta un entrenador de la cantera rojiblanca.

El Atlético tiene que marcar al menos dos goles a Osasuna, cuyo autobús fue ayer apedreado en las cercanías de su hotel en M...

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Los técnicos de las categorías inferiores del Atlético saben cómo se fabrica un delantero. Se fijan en su punto de gravedad. En su manera de romper el viento braceando. En su capacidad de ordenar en un eje de coordenadas el aire cercano al área. Los fabrican en serie. Braulio, Arizmendi, Del Moral, Toché, David y Rubén son internacionales en las categorías menores. "Delanteros y laterales es lo más fácil de moldear", comenta un entrenador de la cantera rojiblanca.

El Atlético tiene que marcar al menos dos goles a Osasuna, cuyo autobús fue ayer apedreado en las cercanías de su hotel en Madrid por un grupo de unas 15 personas, aunque sin que se produjeran daños personales, para ser finalista de la Copa y salvar la temporada. Pero en su plantilla sólo hay dos delanteros: Fernando Torres y Salva. El equipo ha marcado 37 goles en la Liga. Es el saldo más pobre de la historia de un club con 27 finales de Copa en los almanaques. "No es complicado meter goles a Osasuna fuera de su casa", se atrevió a decir ayer Torres, que ha firmado 16, el 44%, de los totalizados por su conjunto, que no ha atinado en sus últimos seis partidos.

Ferrando se quedó con dos delanteros y cedió a los internacionales Toché, Arizmendi y Del Moral

César Ferrando, el técnico del Atlético, prefirió que los chavales se marchasen a "madurar" fuera, incluido Gabi, que, aunque no es delantero, ha sido básico en el juego ofensivo del Getafe. Arizmendi aterrizó en el Racing; Toché, en el Numancia, y Del Moral, en el Recreativo. "Es mejor que jueguen muchos partidos a que estén en el banquillo". A mitad de campaña recurrió a Braulio, del tercer equipo rojiblanco, pero no le ha convocado para el partido de hoy. También es internacional. Lleva entrenándose con la selección sub 20 desde el martes. "El Atlético trabaja muy bien la delantera, por líneas, con muy buenos resultados", dicen los responsables de las categorías inferiores del equipo nacional. Lo dice José Armando Ufarte, lo dice Iñaki Sáez.

En diciembre pasado, Ferrando sugirió la conveniencia de contratar a un delantero centro. También el director deportivo, Toni Muñoz, apuntó a un ariete como la piedra necesaria para retocar el proyecto. El nombre era el del brasileño Deivid. Llegó Núñez, con el que Ferrando no ha contado casi y de quien nadie tiene claro cuál es su puesto en el campo. "Es polivalente", se decía de él, procedente de la Liga suiza.

Salva, el otro delantero rojiblanco, ha marcado siete goles, de los cuales tres fueron en el mismo partido. Además, todos en el Calderón. El jugador, en préstamo por el Valencia, cobrará íntegramente su ficha, que asciende a cerca de dos millones de euros, independientemente del número de encuentros que dispute y del número de tantos que marque. Su única salvedad contractual era no jugar en Mestalla. Marcó 18 goles la temporada pasada en el Málaga, en el que también jugó cedido por el club valenciano. En 2001, con el Atlético en Segunda, anotó 21 y fue el máximo goleador.

"Si hay que asumir la responsabilidad de marcar, se asume. Si tenemos que asumir nuestra función, lo haremos", retó ayer Torres a los que cuestionan la incapacidad de su equipo para meter la pelota en la portería ajena. Aparte de él, sólo han marcado otros siete jugadores. Es el equipo de Primera División que menos reparte esa responsabilidad.

"Son rachas", dice Salva, aferrándose al tópico que habla de que unas veces la pelota entra y otras no y que nadie sabe por qué sucede una cosa u otra y de que no es culpa de nadie, sino de los hados, que son muy caprichosos con las cosas de los delanteros. "Lo importante son las ocasiones. Los goles ya entrarán", abunda en esa teoría Ferrando.

Lo cierto es que la irrupción de Braulio, de 19 años, ha supuesto un pequeño fenómeno en el equipo. Un fenómeno no del todo justificado por el juego del canterano. "Que juegue Braulio", bramaba la grada del Calderón hace dos semanas cuando nadie era capaz de marcar al Athletic -fue Colsa el que rompió una racha de cuatro encuentros consecutivos sin un tanto. Pero Braulio no ha marcado en Liga, en la que ha disputado nueve encuentros. En la Copa sí ha anotado en tres ocasiones y fue decisivo contra el Lorca.

Mientras tanto, los tres delanteros centro de la selección sub 20 que concluyó segunda en el Mundial de los Emiratos Árabes Unidos hace apenas dos años, Toché, Arizmendi y Del Moral, se buscan la vida lejos del Manzanares. Todos regresarán en junio, aunque el único que, en principio, tiene posibilidades de continuar es Arizmendi. David, que fue el máximo goleador de la selección sub 16 que fue subcampeona de Europa en Portugal hace dos años, aguarda su oportunidad en el filial. Y Braulio no está ni convocado para el encuentro siendo internacional. Y eso, en el Atlético, si se trata de un delantero, parece casi una maldición. Salvo en el caso de Torres, claro. Un fenómeno que emergió en el célebre "añito en el infierno" para tapar las miserias de aquel equipo. Una miserias que amenazaban con arrastrar a su entonces presidente, Jesús Gil.

Torres celebra un gol.GORKA LEJARCEGI

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