Compuestos y sin santuario
El jugador del Numancia Juan Pablo de Miguel (Juampa) y su novia la atleta Carolina García, ambos de 26 años, se han quedado compuestos y sin iglesia para contraer matrimonio, lo que pretendían hacer el próximo 18 de junio, en el santuario de la Fuencisla, en el paraje conocido como Peñas Grajeras. Todo por culpa de más de 2.000 toneladas de rocas que arrasaron parcialmente la antigua casa rectoral, sin que haya desaparecido la amenaza de nuevos desprendimientos, ahora sobre el templo renacentista, lo que ha obligado a las autoridades a realizar una intervención de urgenci...
El jugador del Numancia Juan Pablo de Miguel (Juampa) y su novia la atleta Carolina García, ambos de 26 años, se han quedado compuestos y sin iglesia para contraer matrimonio, lo que pretendían hacer el próximo 18 de junio, en el santuario de la Fuencisla, en el paraje conocido como Peñas Grajeras. Todo por culpa de más de 2.000 toneladas de rocas que arrasaron parcialmente la antigua casa rectoral, sin que haya desaparecido la amenaza de nuevos desprendimientos, ahora sobre el templo renacentista, lo que ha obligado a las autoridades a realizar una intervención de urgencia, aparte de que han acordonado la zona y cerrado el edificio religioso.
Pero el caso de esta pareja de deportistas no es el único, hasta el punto de que el párroco del santuario, Cipriano Herranz, ha hecho un llamamiento a través de los medios de comunicación con el fin de que los novios que hubieran programado su boda en esta iglesia -un número elevado debido a que alberga la imagen de la patrona de Segovia- se pongan en contacto con él debido a que los libros donde quedaron registradas sus nombres, así como las fechas de las bodas, se encuentran bajo los escombros, porque su despacho ha sido también fulminado por la avalancha de cascotes, junto a un museo dedicado a la Virgen, con mantos y objetos, principalmente de valor sentimental.
La imagen ha sido trasladada a la parroquia de San Marcos, muy cerca de su anterior ubicación, lugar que previsiblemente albergue la mayoría de las bodas pendientes, siempre que los novios se enteren y no lleguen a contraer matrimonio el día señalado y se encuentren con que el templo poco menos que ha desaparecido bajo las rocas. En el caso del futbolista y la atleta asumirán el cambio, siempre que se puedan casar ante la Fuencisla.-