Un hombre se sube a la cúpula de San Francisco el Grande y enciende cuatro pequeños fuegos

Un hombre de unos 30 años, con antecedentes psiquiátricos, accedió ayer por la mañana al exterior de la cúpula de la basílica de San Francisco el Grande, en el distrito de Centro, y encendió allí cuatro pequeños fuegos que no pasaron a mayores, según informó Emergencias Madrid. El supuesto pirómano provocó los fuegos para llamar la atención sobre la muerte del papa Juan Pablo II y porque "quería ser el próximo pontífice", según comentó a este diario el rector de la iglesia, que llegó a hablar con él. Fue trasladado después a la clínica de La Concepción, donde se le realizó una revisión psiquiá...

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Un hombre de unos 30 años, con antecedentes psiquiátricos, accedió ayer por la mañana al exterior de la cúpula de la basílica de San Francisco el Grande, en el distrito de Centro, y encendió allí cuatro pequeños fuegos que no pasaron a mayores, según informó Emergencias Madrid. El supuesto pirómano provocó los fuegos para llamar la atención sobre la muerte del papa Juan Pablo II y porque "quería ser el próximo pontífice", según comentó a este diario el rector de la iglesia, que llegó a hablar con él. Fue trasladado después a la clínica de La Concepción, donde se le realizó una revisión psiquiátrica.

Los hechos sucedieron así: sobre las 8.30 de la mañana, el rector de la basílica -que prefirió no dar su nombre- se asomó a la ventana de su habitación (vive, junto a una decena de religiosos, en las dependencias del templo) y vio humo saliendo de la cúpula -de 33 metros de diámetro, una de las mayores del mundo-. Subió hasta allí para mirar y en el exterior de la cúpula vio unos papeles ardiendo que intentó apagar. Esos papeles contenían algún aerosol e insecticida, según informó después un portavoz de Emergencias Madrid.

Fueron finalmente los bomberos, que acudieron al lugar avisados por un vecino, quienes terminaron de apagar los cuatro pequeños fuegos que había iniciado el supuesto pirómano, uno en cada punto cardinal para que se vieran desde cualquier parte.

Antes de que llegaran los bomberos el rector llegó a hablar con el supuesto pirómano, que aún estaba allí. El hombre "no era agresivo, estaba tranquilo", según comentó el rector, que también dijo que el individuo hablaba de forma "incoherente" y que "quería hacerse famoso".

El hombre llegó hasta la cúpula por un andamio que está instalado en el exterior del templo debido a unas reformas. El rector dijo ayer que habían avisado a la empresa de que algo así podía pasar, pero que les habían ignorado. "Gracias a Dios, al final no ha pasado nada y ha salido todo bien", concluyó para quitar hierro al asunto.

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