Crítica:ROCK / Queen y Paul Rodgers

La reina suplantada

Realmente May y Taylor no necesitaban hacer esto para tener un pretexto con el que tocar de nuevo los viejos éxitos de Queen. Hubiera bastado con que la gira se hubiera llamado May & Taylor & Rodgers. O, mucho mejor, Rodgers & May & Taylor. Porque, con no encajar demasiado en el arquetipo gritón y glamourosamente excesivo del desaparecido Freddie Mercury, el ex Bad Company y ex Free demostró ser un pedazo de cantante de rock como se han visto pocos en la historia del género. Eso si, su estampa y actitud de hooligan de pub británico de los años setenta -con bigote y per...

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Realmente May y Taylor no necesitaban hacer esto para tener un pretexto con el que tocar de nuevo los viejos éxitos de Queen. Hubiera bastado con que la gira se hubiera llamado May & Taylor & Rodgers. O, mucho mejor, Rodgers & May & Taylor. Porque, con no encajar demasiado en el arquetipo gritón y glamourosamente excesivo del desaparecido Freddie Mercury, el ex Bad Company y ex Free demostró ser un pedazo de cantante de rock como se han visto pocos en la historia del género. Eso si, su estampa y actitud de hooligan de pub británico de los años setenta -con bigote y perilla-, con sus vaqueros prietos y su camiseta ultrace-ñida, quedaba muy alejada del concepto que los incondicionales tienen del grupo Queen. Es más, es que Rodgers arrastraba a la banda -una reina en minoría, porque también faltaba el bajista John Deacon- a su modo de entender el rock a medio tiempo; puro rock and roll de billares.

Rock / Queen y Paul Rodgers

Rock / Queen y Paul Rodgers Brian May (guitarra y voz), Roger Taylor (batería y voz), Paul Rodgers (voz), Spike Edney (teclados), Jamie Moses (guitarra rítmica) y Dany Miranda (bajista). Palacio de los Deportes. De 37 a 72 euros. Madrid, viernes 1 de abril.

Pero Mercury fue mucho Mercury y Queen sigue siendo en el alma de varias generaciones de rockeros un proyecto artístico muy concreto e idealizado. Por eso, la multitud que abarrotó el nuevo Palacio de Deportes sólo reaccionó con auténticas ganas cuando sonaban los temas inmortales del grupo.

Queen salía, inopinadamente, a los acordes de un tema nuevo, Reachin Out, que cantaba Paul Rodgers solo. Cayó el enorme telón y en el escenario simplemente se vio una clásica puesta en escena de banda rock con Taylor y su batería dominando en la tarima del centro, May a la izquierda y los tres músicos de apoyo al otro lado. Mientras, en una larga y estrecha plataforma que se internaba en el público, Paul Rodgers evolucionaba haciendo bailar el soporte de su micrófono, según comenzaban a estallar los acordes de Tie your mother down y, seguidamente, I want to break free, con la que el nuevo solista se midió con el antiguo. Con Fat bottomed girls se evidenció esa tendencia reumática a hacer los temas más lentos y pesados. La primera incursión en el pasado de Rodgers sonó con Can't get enough of your love y el público lo acusó con cierta perplejidad. Tanto Rodgers como Brian May gozaron con su momento acústico, el primero con un viejo tema de Free, Seagull, y el segundo con dos temas de Queen: '39 y Love of my life. Precisamente, el veterano guitarrista se luciría después con un solo de guitarra de los de antes y un tema instrumental, Lost horizon. Después sería Roger Taylor quien haría las veces de cantante solista con Days of our lives, que sirvió para contemplar un añejo vídeo de los cuatro miembros fundadores, y Radio Ga Ga, que hizo batir palmas a todos los espectadores. También hubo más dosis de nostalgia con una proyección de Mercury tocando Bohemian rhapsody con sus compañeros. A partir de ahí vino la traca final con All right now, sin duda lo mejor del concierto, We will rock you y We are the champions.

Paul Rodgers y Brian May, anoche en el concierto de Queen.CLAUDIO ÁLVAREZ
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