Quique González repite la aventura de editar su propio disco

Y van dos. Quique González sorprendió a todos cuando hace un par de temporadas decidió abandonar la multinacional que había sacado su tercer disco, Pájaros mojados, para crear la suya propia con la que publicar Kamikazes enamorados. El órdago le salió bien, y ahora vuelve a la carga con su segundo disco autoeditado, La noche americana, que constituye el quinto de su carrera.

Para el disco, el cantautor rockero madrileño necesitaba un nombre evocador. No encontraba ninguno que expresara la declaración de intenciones que quería verter en él hasta que su colabor...

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Y van dos. Quique González sorprendió a todos cuando hace un par de temporadas decidió abandonar la multinacional que había sacado su tercer disco, Pájaros mojados, para crear la suya propia con la que publicar Kamikazes enamorados. El órdago le salió bien, y ahora vuelve a la carga con su segundo disco autoeditado, La noche americana, que constituye el quinto de su carrera.

Para el disco, el cantautor rockero madrileño necesitaba un nombre evocador. No encontraba ninguno que expresara la declaración de intenciones que quería verter en él hasta que su colaborador, el también músico Paco Bastante, le habló de un grupo con el que había tocado en tiempos del Rock Ola, La Noche Americana. A Quique González le vino a la cabeza toda la magia de las películas de carretera, música y nocturnidad americanas y le pareció un nombre más que adecuado para su disco. "A mí me ha influido mucho la música de América del Norte, no lo puedo negar, y el término 'americana' ya se usa para denominar un sonido especial que me gusta mucho. Pero quisiera que además se entendiera esa noche americana como la de la otra América, la del sur, que de otra manera también ha marcado la forma en la que yo quiero sonar". No puede negar González que su cultura cinéfila también pesó a la hora de decidirse por ese título: "Me gusta mucho François Truffaut, así que también es un recuerdo a él por su película La noche americana".

"Sólo puedo decir que a mí me está yendo bien porque no me lo tomo como negocio"

Con La noche americana, disco, bajo el brazo, Quique González afronta de nuevo el reto de echarse a la carretera a defenderlo y asumir el papel de pequeño empresario. "Merece la pena el esfuerzo de luchar en solitario sin una gran infraestructura detrás", confiesa. "Ya no se puede hablar de un salto al vacío, como me dijeron con Kamikazes enamorados, sino de una historia que va cuajando. Estamos construyéndola de manera humilde y en estos dos años he actuado más que nunca, con casi cien conciertos cada año".

Pero aunque a él le funcione, no quiere que su experiencia se tome como ejemplo que solucione la crisis que se le achaca ahora a la industria discográfica: "No soy tan pretencioso como para decir a otros artistas descontentos con sus discográficas que emprendan mi camino. Sólo puedo decir que a mí me está yendo bien porque no me lo tomo como negocio".

Trabajar sin tanta infraestructura supone para Quique González la ventaja de no necesitar vender muchos discos para que los números cuadren: "Las 10.000 copias que vendí de Kamikazes enamorados me sirvieron para invertir en La noche americana. No es necesario hacerse rico pero sí sacar lo justo para hacer el siguiente. Del nuevo ya hemos conseguido colocar 10.000 copias en las tiendas, y en esta primera semana ocupa el puesto 31º en las listas de ventas. Es una gran alegría pues con el otro entramos en el 71º y no subimos mucho". Además, una distribuidora norteamericana ha entrado en contacto con Quique González para llegar a un acuerdo de edición del disco en EE UU.

El sonido de La noche americana está impregnado de ese espíritu que sólo se consigue cuando todos los músicos que participan se encuentran unidos en sus objetivos. Las letras vuelven a incidir en ese mundo personal del artista que no le importa desnudar su intimidad para hablar de corazones solitarios, historias de bares de carretera, amor y soledad, y el descontento de ver un mundo difícil de habitar. Paradigma de todo ello, acaso sea la metafórica Justin y Britney. "Estaba haciendo una lista de las canciones que llevaba grabadas, y un desconocido me dijo que si tenía que enumerar todo lo que en el mundo anda mal, no iba a tener suficiente papel. Me dio la idea para hacer esta canción en la que se intenta explicar algo de lo absurdo y raro que tiene la vida de hoy".

Quique González, durante la presentación de La noche americana.CRISTÓBAL MANUEL
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