Estética musical
Pocos grupos han crecido tan a contrapelo de la oferta musical de su tiempo. En lo tocante a Urge Overkill, probablemente pocas propuestas rockeras han estado a la altura del elevado nivel en estética musical que el trío lleva mostrando desde su formación en los años ochenta. Más de una década después, una vez Nash Kato y Eddie King Roeser, sus dos guitarristas y miembros originales, han decidido poner fin a sus diferencias personales, sus actuaciones siguen manteniendo fuerza y pasión y ellos son siempre distintos a los diversos grupos que van encumbrando las sucesivas modas. Su mezcla de ...
Pocos grupos han crecido tan a contrapelo de la oferta musical de su tiempo. En lo tocante a Urge Overkill, probablemente pocas propuestas rockeras han estado a la altura del elevado nivel en estética musical que el trío lleva mostrando desde su formación en los años ochenta. Más de una década después, una vez Nash Kato y Eddie King Roeser, sus dos guitarristas y miembros originales, han decidido poner fin a sus diferencias personales, sus actuaciones siguen manteniendo fuerza y pasión y ellos son siempre distintos a los diversos grupos que van encumbrando las sucesivas modas. Su mezcla de glam, arena-rock, power pop y punk underground resulta brillante.
El viernes, con la sala a tope de admiradores, el grupo se vació en una vibrante actuación en la que sonaron todos sus grandes éxitos. Ataviada, como siempre, con unos increíbles trajes plateados al más fiel estilo de los setenta, la banda, a la que se han incorporado bajista y batería nuevos, despachó una impresionante sucesión de riffs de guitarra quedones, melodías y estribillos tremendamente pegadizos y poderío energético que brilló en canciones legendarias como The candidate, The break, Someboye else's body, Ticket to LA o la extraordinaria Girl, you'll be a woman son. Un gran concierto a cargo de una banda que siempre se ha merecido más.
Urge Overkill
Sala El Sol. Madrid, 18 de marzo.