El seleccionador desató la tormenta

El seleccionador, Luis Aragonés, desató la tormenta. El 6 de octubre pasado, en un entrenamiento del equipo nacional, arengó a Reyes, del Arsenal, inglés: "Dígale al negro [en referencia al francés Henry, su compañero de equipo]: '¡Soy mejor que usted!... ¡Negro de mierda, soy mejor que usted!". La Federación Española se resistió a incoarle un expediente y fue la Comisión Antiviolencia la que instó a ello al Comité de Competición. Su fallo fue una multa de 3.000 euros por una falta al buen orden deportivo. Antiviolencia ha apelado al estimar insuficiente la cuantía de la sanción.

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El seleccionador, Luis Aragonés, desató la tormenta. El 6 de octubre pasado, en un entrenamiento del equipo nacional, arengó a Reyes, del Arsenal, inglés: "Dígale al negro [en referencia al francés Henry, su compañero de equipo]: '¡Soy mejor que usted!... ¡Negro de mierda, soy mejor que usted!". La Federación Española se resistió a incoarle un expediente y fue la Comisión Antiviolencia la que instó a ello al Comité de Competición. Su fallo fue una multa de 3.000 euros por una falta al buen orden deportivo. Antiviolencia ha apelado al estimar insuficiente la cuantía de la sanción.

Unas semanas después de esa arenga, la selección española se enfrentó a la inglesa en Madrid y, a preguntas de los periodistas de esa nacionalidad, Aragonés arremetió contra el antiguo colonialismo británico. Al día siguiente, los jugadores negros ingleses fueron insultados durante el partido por parte de un grupo de aficionados. Llovieron las críticas y las condenas, incluso a nivel gubernamental, y la denuncia llegó a la FIFA, que multó a la Federación con 65.000 euros.

Los árbitros recibieron entonces órdenes de reflejar en sus actas los incidentes racistas que comenzaron a proliferar en los campos españoles con los jugadores negros como los principales afectados. La constancia de tales hechos obligó a Competición a intervenir, pero la reglamentación federativa no es demasiada casuística sobre este asunto y las medidas disciplinarias se limitan a multar con 600 euros a los clubes en cuyos campos se originan los incidentes. Hasta el momento, han sido sancionados el Atlético, en dos ocasiones, por insultos a Roberto Carlos, del Madrid, y a Sissoko, del Valencia; el Albacete, el Getafe y el Zaragoza, con Eto'o, del Barça, como afectado, y el Deportivo, con el jugador madridista.

Wanchope, del Málaga, llegó a pelearse con dos seguidores de su equipo después de que éstos le dirigieran insultos racistas. Kameni, del Espanyol, también fue insultado por su propia afición.

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