La renegociación con los organismos internacionales

"Nadie en su sano juicio recomendaría a otro país la experiencia que tuvo Argentina", reconoció el ministro de Economía, Roberto Lavagna, cuando se inició el canje de deuda, en enero pasado. El presidente Néstor Kirchner negó que la reestructuración, aunque satisfactoria, fuera un ejemplo para los países altamente endeudados. Después del canje y antes de partir a Washington para negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Lavagna declaró que ahora la prioridad radica en la inversión, necesaria para que más argentinos trabajen y sean mejor remunerados.

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"Nadie en su sano juicio recomendaría a otro país la experiencia que tuvo Argentina", reconoció el ministro de Economía, Roberto Lavagna, cuando se inició el canje de deuda, en enero pasado. El presidente Néstor Kirchner negó que la reestructuración, aunque satisfactoria, fuera un ejemplo para los países altamente endeudados. Después del canje y antes de partir a Washington para negociar un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), Lavagna declaró que ahora la prioridad radica en la inversión, necesaria para que más argentinos trabajen y sean mejor remunerados.

En sus reuniones con el director gerente del FMI, Rodrigo Rato, Lavagna planteó que Argentina pretende la refinanciación de los 3.200 millones de dólares de capital que debe pagarle este año al organismo. El FMI pondrá sus condiciones. Pregunta sobre el paradero del 24% de los bonos que no se canjearon y que totalizan una deuda impagada de 19.500 millones de dólares. También se interesa por la larga negociación de los contratos y las tarifas congeladas de los servicios públicos, la mayoría de ellos en manos europeas. De manera unilateral, tal como resolvió la reestructuración de la deuda, el Gobierno de Kirchner convocó el lunes pasado a audiencias públicas para discutir con empresarios y usuarios su solución a 12 contratos de gas y electricidad, entre ellos los de Edesur (Endesa), Gas Natural BAN y Metrogas (40% de la británica BG y 30% de Repsol YPF).