El Zaragoza encuentra el camino en Europa

Comandado por Generelo y apuntalado por la precisión de Galletti y Savio, el Zaragoza selló el pase a los octavos de final de la UEFA con más facilidad de la esperada. Ni siquiera la necesidad espoleó al Fenerbahçe, tan temido antes de la eliminatoria por venir de la Champions, tan dócil en su estadio y tan simplón cuando el colegiado holandés alzó los brazos y silbó tres veces en La Romareda. Mérito de un Zaragoza que, al contrario que en la Liga, parece encontrar en el campeonato europeo su mejor juego.

Mientras el meta Rüstü se desgañitaba detrás del poste con enojo porque la ...

Comandado por Generelo y apuntalado por la precisión de Galletti y Savio, el Zaragoza selló el pase a los octavos de final de la UEFA con más facilidad de la esperada. Ni siquiera la necesidad espoleó al Fenerbahçe, tan temido antes de la eliminatoria por venir de la Champions, tan dócil en su estadio y tan simplón cuando el colegiado holandés alzó los brazos y silbó tres veces en La Romareda. Mérito de un Zaragoza que, al contrario que en la Liga, parece encontrar en el campeonato europeo su mejor juego.

Mientras el meta Rüstü se desgañitaba detrás del poste con enojo porque la barrera hacía caso omiso a sus indicaciones, Galletti solicitaba con firmeza el balón al zurdo Savio, el especialista en los lanzamientos directos. Pero pegada al vértice derecho del área grande, la falta era para un diestro, para Galletti. El argentino, colocó con sumo cuidado el cuero sobre el césped, dio unos pasos hacia atrás y, con el interior del pie, realizó un disparo a media altura que besó el poste para alojarse en las mallas. El Zaragoza, cuando apenas se había cumplido el minuto diez de la primera parte, pareció sentenciar la eliminatoria.

Los medios del Fenerbahçe, como sucediera en en el encuentro de ida, quedaron anulados por el sistema de Víctor Muñoz, que dispuso de tres mediocentros de perfil defensivo. Zapater, Soriano y Generelo, que, con las espaldas bien cubiertas por los otros dos, asumió las responsabilidades del equipo -algo que tanta falta le hace a este Zaragoza carente de líder- y, una vez más, reivindicó su sitio en el equipo. La reciente confianza que le ha dado el técnico se le notó anoche a Generelo; movió el balón de banda a banda, se ofreció reiteradamente para dar salida a los constantes barullos, y buscó el pase vertical cuando la situación lo requería. Así, el conjunto del Bósforo, sin espacios para maniobrar, se limitó a lanzar balones largos buscando la altura de Nobre y Anelka. No en vano, las condiciones del campo eran propicias para sus aptitudes; el césped, blando y mojado por la nevada que cayó el pasado martes, favorecía la rapidez y potencia de ambos. Pero descoordinados en sus movimientos y desafortunados con el balón en los pies, restaron más que sumar.

Descompuesto y abatido el Fenerbahçe, Savio, con un soberbio disparo desde la frontal que también tocó el palo antes de darle la espalda a Rüstü, completó la fiesta maña. Alex redujo distancias, pero el Zaragoza, con más oficio que otra cosa, certificó con merecimiento su pase a octavos.

El Zaragoza habrá de esperar al domingo para conocer su rival en la siguiente ronda. Saldrá del vencedor del Athletic-Austria de Viena.