Reportaje:

Un vuelo barato que se encarece

El coste de la conexión Granada-Londres se dispara por los horarios y la distancia entre la capital y el aeropuerto británicos

En una ciudad desde la que despegan y aterrizan 18 vuelos al día de media según AENA, la noticia fue un bombazo. Ryanair, la compañía aérea británica de bajo coste, anunció el pasado enero que se proponía unir Granada con Londres con un vuelo diario desde principios de mes. El pequeño aeropuerto de Chauchina, poco usado y criticado por los granadinos por la escasez de destinos, se convirtió en internacional el pasado 7 de febrero gracias a esta conexión directa con una de las grandes capitales europeas desde la que, según la compañía, llegaran cada año 150.000 turistas.

El artífice del ...

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En una ciudad desde la que despegan y aterrizan 18 vuelos al día de media según AENA, la noticia fue un bombazo. Ryanair, la compañía aérea británica de bajo coste, anunció el pasado enero que se proponía unir Granada con Londres con un vuelo diario desde principios de mes. El pequeño aeropuerto de Chauchina, poco usado y criticado por los granadinos por la escasez de destinos, se convirtió en internacional el pasado 7 de febrero gracias a esta conexión directa con una de las grandes capitales europeas desde la que, según la compañía, llegaran cada año 150.000 turistas.

El artífice del milagro fue Michael O'Leary, director general de la compañía. En su fugaz visita del pasado 11 de enero aseguró que la línea Granada-Londres sólo era el inicio de un gran plan empresarial que programará vuelos con otras 14 ciudades europeas en los próximos cuatro años. El directivo animó a los viajeros a reservar sus billetes ofreciéndoles vuelos gratis durante cuatro días.

No se podía desaprovechar la oferta. El mismo 12 de enero en la página web de Ryanair (www.ryanair.com) se podía reservar el billete antes de que caducara el plazo de reserva. El objetivo era pasar un fin de semana en la capital británica con un presupuesto de unos 300 euros. Pero la primera sorpresa llegó frente al ordenador. En contra de las noticias publicadas por los medios, el pasaje no era gratis. El billete, comprado el mismo día 11, costó 162,55 euros que se incrementaron hasta los 192,55 debido a un error en la selección de la fecha de retorno (penalizado con 30 euros). La nota de prensa de la compañía lo decía bien claro: la promoción no valía para los viernes y los domingos.

Así, pasar un fin de semana en Londres, no es posible sin tener días libres. El vuelo diario de Ryanair a la capital británica sale a las 11.40 y vuelve a las 7.30. Hay que disponer del viernes completo y llegar tarde al trabajo el lunes para que el viaje no se quede en la tarde del sábado. El billete se paga mediante tarjeta bancaria (de crédito o débito) y contiene una clave con la que obtener la tarjeta de embarque.

Los trámites para subir al avión se solventaron rápidamente, salvo el control de pasaportes. Tal vez por la novedad del trayecto y porque la mayoría de los pasajeros eran estudiantes estadounidenses (y por lo tanto extracomunitarios), los dos policías encargados de la aduana miraron con lupa cada uno de los documentos.

Reducir el precio del billete se consigue incrementando el número de pasajeros. En el Boeing 737-800 que cubre el trayecto no existe la primera clase y la densidad de asientos es mayor que en los aparatos de las aerolíneas tradicionales. Al contrario que en éstas, todos los servicios a bordo son de pago. El catering gratuito ha desaparecido al igual que en otras aerolíneas baratas como Easyjet o Virgin. En los aviones de Ryanair, un bocadillo, una botella de agua mineral y un café, cuesta 10,50 euros.

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A 65 kilómetros del centro

El vuelo desde Granada hasta Londres-Stansted dura unas tres horas, pero este aeropuerto -el tercero en importancia de la capital británica tras Heathrow y Gatwick-, se encuentra a 65 kilómetros del centro de la capital. Para llegar hasta allí el medio más rápido es el Stansted Express, el tren que lo une con la estación de Liverpool (al norte de Londres). Un billete de ida y vuelta en segunda clase, cuesta 36 euros, 21,75 el billete sencillo.

Pero los principales problemas de organización se derivan, sin embargo del horario de vuelta. El avión despega a las 7.30, luego hay que facturar hacia las 6.00. Las opciones para llegar a tiempo desde Londres hasta el aeropuerto son tres: alquilar un coche, dormir en un hotel del aeropuerto o arriesgarse a que el tren llegue tarde por la mañana (el primero sale a las 4.30 sólo lunes y viernes, y tarda algo más de 50 minutos en llegar). De entre los hoteles de los alrededores del aeropuerto, el más barato es el Express Holiday Inn, aunque sus precios son muy superiores a los de cualquier establecimiento de su categoría en España. Evitar el riesgo de quedarse en tierra cuesta 125 euros.

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