La Caixa considera relevante la presencia en Endesa y decide mantener su 5%

Caja Madrid sostiene que la ley impide que la caja catalana entre en el consejo de la eléctrica

La Caixa ha pasado a considerar estratégica la participación que controla en Endesa, en cuyo capital irrumpió en 1997. El panorama ha cambiado desde que, el 3 de junio de 2003, la entidad financiera anunciara su salida del accionariado de la primera eléctrica española, mediante una emisión de bonos canjeables en acciones. Esta emisión de bonos vence el año próximo, y la elección de esa fórmula le ha dado tiempo para replantearse el abandono del capital. La caja "se reserva la última palabra" sobre si en 2006 ofrecerá a los tenedores de los bonos sus títulos de Endesa o un pago en efectivo.
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La Caixa ha pasado a considerar estratégica la participación que controla en Endesa, en cuyo capital irrumpió en 1997. El panorama ha cambiado desde que, el 3 de junio de 2003, la entidad financiera anunciara su salida del accionariado de la primera eléctrica española, mediante una emisión de bonos canjeables en acciones. Esta emisión de bonos vence el año próximo, y la elección de esa fórmula le ha dado tiempo para replantearse el abandono del capital. La caja "se reserva la última palabra" sobre si en 2006 ofrecerá a los tenedores de los bonos sus títulos de Endesa o un pago en efectivo.

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Esta última opción significaría que la caja que preside Ricard Fornesa se quedaría con su 5% en Endesa, una inversión valorada por la caja en 828 millones de euros y que, según las últimas cuentas de la entidad de 2004, le ha generado unas plusvalías de 20 millones. El hecho de que la entidad admita su intención "firme" de sentarse en el Consejo de Administración de Endesa respalda el cambio de rumbo y una apuesta por quedarse en la eléctrica, con cierta influencia.

Por el momento, la respuesta de Endesa, a través de su consejero delegado, Rafael Miranda, ha sido más que rotunda: no se puede dejar entrar a un competidor en casa, y, principios aparte, incluso los estatutos de la eléctrica lo impiden. Mientras la estrategia de la eléctrica Endesa pasa por crecer en el sector del gas, en el que controla ya un 10% de cuota de mercado, la gasista Gas Natural, participada por La Caixa, quiere crecer en el mercado eléctrico, del que controla un 6%.

Limitaciones legales

A este respecto, el otro accionista de referencia de Endesa, Caja Madrid -con un 5% de la eléctrica y con presencia en su consejo-, se mostró ayer reticente sobre las intenciones de La Caixa. Miguel Blesa, presidente de la segunda caja, apuntó que no tiene opinión al respecto, porque la petición de La Caixa no se ha formalizado, pero invocó "limitaciones de orden administrativo o mercantil" a la participación en los consejos de una empresa que tenga participaciones cruzadas en otras compañías del sector, informa Íñigo de Barrón.

Blesa sí fue rotundo al negar que el consejo de Endesa haya estudiado una operación de concentración, en alusión al actual compás de espera sobre próximos movimientos en el sector energético. La Caixa no oculta su deseo de liderar un gran conglomerado industrial a partir de la fuerte presencia que ya tiene en el sector. El acercamiento oficioso a Endesa puede tener en ello una de sus claves, considerando las conversaciones del año pasado sobre una posible alianza energética. Fornesa afirmó hace pocos días que para cualquier movimiento hay que actuar "sin prisas" y esperar al nuevo marco regulatorio para el sector y al Libro Blanco del Ministerio de Industria sobre la generación eléctrica.

En la cartera industrial de La Caixa figura Repsol (14,5%), cuya gestión controla la caja desde el pasado octubre a través del ex director general de su grupo industrial, Antoni Brufau. Figura también Gas Natural (34,5%), cuya gestión controlan la caja y la petrolera a través del vicepresidente primero de la entidad, Salvador Gabarró, y del ex director general de Panrico Rafael Villaseca. E incluso su sombra alcanza a Enagas, vía Gas Natural (24,9%), que designó al presidente de Enagas, Antonio González-Adalid, y que deberá quedarse con un 5% en 2007.

La Caixa planteó su salida de Endesa en 2003 argumentando que su participación era "puramente financiera y no estratégica". Sólo evocó la devolución del dinero invertido a quienes acudieron a la emisión de bonos si, al cabo de tres años, cada acción de Endesa no alcanzaba los 16 euros. Ayer, cerró a 17,8.

Pero entonces la entidad valoró elementos que tienen visos de cambiar. Por ejemplo, el marco legal de junio de 2000 sobre las incompatibilidades en la presencia en empresas del mismo sector aprobado por el anterior Gobierno del PP, con límites para que accediera al consejo de Endesa y ejerciera derechos políticos. La Caixa se aferra a que Endesa ya no es uno de los cinco operadores principales de gas para poder acceder a su consejo. Y, además, el Gobierno planteará en breve flexibilizar estos límites.

Otro elemento eran las nuevas normas de contabilidad y sus exigencias para poder apuntarse en los resultados la parte proporcional de beneficios de las participadas: esta consolidación por puesta en equivalencia sólo es posible si La Caixa acredita influencia en la gestión, y la caja carece de ella al estar fuera del consejo, o a menos que controlase un 20% del capital.

Otra pieza del puzzle es el regulador, con el próximo relevo del presidente de la Comisión Nacional de la Energía (CNE), Pedro Meroño, que en el sector se da por seguro. Gas Natural y La Caixa siempre vieron un veto político en el fracaso de la fusión de la gasista con Iberdrola, y el PSOE les dio entonces la razón.