95 kilómetros de túneles
En Cataluña se están construyendo, o están previstos, en estos momentos hasta 95 kilómetros de túneles, informó ayer Joaquim Nadal a los diputados que asistieron a la comisión de Política Territorial. Una parte de ellos, el 61,9% se hará con tuneladora. Éstos son los más de 40 kilómetros de la línea 9, que va desde Sant Adrià y Santa Coloma hasta El Prat de Llobregat, y buena parte de los de la línea de alta velocidad, sobre todo a su paso por Barcelona.
El 26,4% de los kilómetros de túnel serán construidos con el sistema conocido como "pantalla", es decir, excavación al aire libre con ...
En Cataluña se están construyendo, o están previstos, en estos momentos hasta 95 kilómetros de túneles, informó ayer Joaquim Nadal a los diputados que asistieron a la comisión de Política Territorial. Una parte de ellos, el 61,9% se hará con tuneladora. Éstos son los más de 40 kilómetros de la línea 9, que va desde Sant Adrià y Santa Coloma hasta El Prat de Llobregat, y buena parte de los de la línea de alta velocidad, sobre todo a su paso por Barcelona.
El 26,4% de los kilómetros de túnel serán construidos con el sistema conocido como "pantalla", es decir, excavación al aire libre con la construcción de muros de refuerzo en los laterales.
Finalmente, en el 7,55% de los casos se empleará el método austriaco, el mismo utilizado en el Carmel y en no pocas obras que funcionan correctamente en Barcelona. Aunque, en este caso, se instalarán en todos los casos los refuerzos, al margen de lo que sugiera el terreno.
Nadal explicó que las diferencias de subsuelo entre Madrid y Barcelona hacen que los métodos de construcción adoptados sean también diferentes. En el caso del Carmel, el subsuelo está formado mayoritariamente por rocas paleozoicas con más de 300 millones de años de antigüedad, aunque los movimientos sufridos han producidos no pocas fracturas.
En Madrid, en cambio, el subsuelo es mucho más joven, de unos 50 millones de años, y muchísimo más fragmentado y uniforme, lo cual lo hace especialmente idóneo para el empleo de tuneladoras.
La fractura que se produjo en la falla del Carmel, explicó el consejero de Política Territorial, se debió a la rotura de pizarras dando ocasión a un boquete que iba desde le túnel, cuya bóveda quedó fracturada, hasta la superficie. Un fenómeno que se conoce como "chimenea" y que es habitual en las obras de construcción de túneles, explicó Nadal.
Una vez se detectó el hundimiento se procedió, siguió diciendo Nadal, a neutralizar el problema de acuerdo con los métodos habituales, que incluyen el rellenado con hormigón.
En estos momentos se está sellando la parte del túnel que va desde el punto de hundimiento hasta la cola del mismo, vistas las dificultades de limpiar el acceso y penetrar en él para asegurar el terreno. La operación llevaba ayer utilizados 1.300 metros cúbicos de hormigón sobre los 18.500 que se supone que serán necesarios. Nadal aseguró que está resultando más lenta de lo previsto, aunque no se han presentado dificultades imprevistas.