Crítica:TEATRO

Disparate ácido

Esta obra tiene 30 años: se ha representado en España varias veces y, a pesar de que la ha retocado el propio autor, ha perdido, afortunadamente, actualidad: no es éste el tiempo en el que las mujeres del barrio obrero tienen que asaltar los grandes almacenes de comestibles, al grito (en Italia) de Non si paga, non si paga! Esto no quiere decir que no ocurrirá más: la historia se retuerce demasiadas veces hacia lo malo. Dario Fo se había alejado ya del partido comunista y propugnaba un "izquierdismo no oficial": quizá la anarquía, el partido radical italiano. No se ha mudado nunca m...

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Esta obra tiene 30 años: se ha representado en España varias veces y, a pesar de que la ha retocado el propio autor, ha perdido, afortunadamente, actualidad: no es éste el tiempo en el que las mujeres del barrio obrero tienen que asaltar los grandes almacenes de comestibles, al grito (en Italia) de Non si paga, non si paga! Esto no quiere decir que no ocurrirá más: la historia se retuerce demasiadas veces hacia lo malo. Dario Fo se había alejado ya del partido comunista y propugnaba un "izquierdismo no oficial": quizá la anarquía, el partido radical italiano. No se ha mudado nunca más de ese campo: ni el Premio Nobel ha podido con él.

Lo que no ha perdido es la comicidad. La aventura de las dos mujeres que han escondido en su casa la alimentación robada, que no deben descubrir los maridos porque son proletarios honestos, y que tienen que esconder también de los guardias, sigue siendo bufa. Está montada con velocidad y ritmo por Esteve Ferrer, y Silvia Marsó interpreta el papel principal con descaro, mientras los demás actores tienen papeles ingenuos: no hay que olvidar que la primera intérprete fue Franca Rame, esposa de Dario Fo, y la obra está escrita para ella. Es una forma de hablar: está escrita, sobre todo, para mostrar la "explotación del hombre por el hombre" o la "lucha de clases". Como decía el jurado que le dio el Nobel, con gran escándalo de los bienpensantes, trabaja "en la tradición de los juglares medievales, que fustiga a los poderes establecidos y restaura la dignidad de los oprimidos". El teatro se está llenando de público para ver esta comedia divertida y reírse con sus disparates ácidos.

¡Aquí no paga nadie!

De Dario Fo. Traducción: Carla Matteini. Intérpretes: Silvia Marsó, Jordi Rebellón, Lluvia Rojo, Fran Casariego y Pedro Casablanc. Director: Esteve Ferrer. Teatro Infanta Isabel. Madrid.

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