TRAGEDIA EN CASTELLÓN

Calefacción no apta para uso doméstico

La estufa que según todos los indicios provocó el domingo la tragedia de La Todolella no era adecuada para uso doméstico. Se trata de una estufa de granja que una persona que accedió a la habitación en la que fueron halladas las 18 víctimas describió ayer así: "Era una botella de butano, sobre una superficie cuadrada, con ruedas y con un tubo de un metro o metro y medio en vertical al que está enganchado un cono del que sale el calor". Este testigo aclaró: "Es una estufa para granjas de cerdos".

La ganadería intensiva es una de las principales fuentes de riqueza de la comarca de ...

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La estufa que según todos los indicios provocó el domingo la tragedia de La Todolella no era adecuada para uso doméstico. Se trata de una estufa de granja que una persona que accedió a la habitación en la que fueron halladas las 18 víctimas describió ayer así: "Era una botella de butano, sobre una superficie cuadrada, con ruedas y con un tubo de un metro o metro y medio en vertical al que está enganchado un cono del que sale el calor". Este testigo aclaró: "Es una estufa para granjas de cerdos".

La ganadería intensiva es una de las principales fuentes de riqueza de la comarca de Els Ports, donde funcionan muchas criaderos de cerdos y pollos. La estufa que originó la tragedia fue llevada al albergue por un invitado, cuya identidad no ha sido precisada.

Las estufas de este tipo no son aptas para uso doméstico pues requieren lugares bien ventilados. "Su tipo de combustión es diferente al de las catalíticas", afirmó ayer Ignacio Leiva, coordinador de investigación de gas de la dirección tecnológica de la compañía Repsol-YPF. Leiva precisó, no obstante, que la principal diferencia estriba en el sistema de seguridad. Las estufas domésticas tienen un "dispositivo de control de atmósfera que al faltar el oxígeno [necesario para la correcta combustión] corta la llama piloto y cierra el gas", explicó. Leiva añadió que desde que entró en vigor la nueva normativa europea, en 1998, los accidentes por estufas domésticas se han reducido de forma considerable.

Estas estufas, cuyo funcionamiento y forma son parecidas a las que proliferan en invierno en las terrazas de establecimientos de hostelería, no requieren de ese sistema de seguridad, pues están destinadas a ser utilizadas en el exterior o en ambientes muy ventilados.

Al funcionar en una habitación poco ventilada como la del albergue de San Cristóbal, la estufa consumió demasiado oxígeno y empezó a quemar mal el gas, cuya combustión, en lugar de producir dióxido de carbono, empezó a emanar monóxido de carbono, un gas sumamente tóxico, inodoro e invisible, que se mezcla bien con el aire.

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