Un sistema sólo aconsejado para los terrenos más rocosos

Los túneles son una de las obras de ingeniería más complicadas. La aparición de las tuneladoras -hacen el agujero y lo revisten de hormigón a la vez- constituyó en su día un gran avance para las empresas de la construcción. Pero estas máquinas, que son las más seguras y rápidas para horadar el subsuelo, no siempre se pueden utilizar. Hay tramos en los que hay que volver a recurrir al sistema manual. Y, en el caso del túnel de Barcelona, el método utilizado como alternativa sólo es aconsejable en suelos muy rocosos, según fuentes del sector.

Se trata del método austriaco, muy empleado en...

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Los túneles son una de las obras de ingeniería más complicadas. La aparición de las tuneladoras -hacen el agujero y lo revisten de hormigón a la vez- constituyó en su día un gran avance para las empresas de la construcción. Pero estas máquinas, que son las más seguras y rápidas para horadar el subsuelo, no siempre se pueden utilizar. Hay tramos en los que hay que volver a recurrir al sistema manual. Y, en el caso del túnel de Barcelona, el método utilizado como alternativa sólo es aconsejable en suelos muy rocosos, según fuentes del sector.

Se trata del método austriaco, muy empleado en los países centroeuropeos, caracterizados por tener unos suelos muy duros. Este sistema consiste en enviar a un equipo de trabajadores para que piquen el suelo de forma manual en los tramos en los que no puede acceder la tuneladora. Mientras se trabaja no es necesario apuntalar la obra durante varios metros, y por eso es sólo aconsejable para obras en roca, porque en caso de derrumbe, como en Barcelona, donde el suelo es más blando, los "efectos son difíciles de controlar", señalan las mismas fuentes. El hundimiento se produce en cadena.

La alternativa al método austriaco es el belga, recomendado para terrenos menos duros. Éste es el sistema que se viene utilizando en las obras en Madrid. En realidad es muy similar al austriaco, sólo que en este caso los obreros requieren una mayor especialización -son entibadores, un oficio que empieza a escasear- y tienen que apuntalar la estructura con maderas y hierros cada dos o tres metros con el objetivo de evitar hundimientos.

Más rápido y menos costoso

Los rendimientos en este tipo de obra suelen ser menores y los trabajos más lentos, aunque casi siempre más seguros, explican las fuentes. De hecho, tanto el método austriaco como el belga son seguros, a juicio de los expertos, pero hay que estudiar bien el terreno antes de elegir cómo horadar un túnel. En la Comunidad de Madrid, el lugar de Europa donde más kilómetros de metro se han construido en los últimos tiempos, se decidió hace nueve años no recurrir al sistema austriaco para horadar el subsuelo. En el caso del metro de Barcelona se recurrió a este sistema, "claramente no idóneo", según los expertos consultados.

Como regla general, el método que se debe emplear en cada tramo de un túnel viene determinado en el proyecto. Éste suele estar realizado por técnicos diferentes, a los que después se adjudican las obras (lo lógico es que, en una obra pública, primero se licite el proyecto y después la obra).

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La empresa pública GISA, dependiente de la Generalitat de Catalunya, es la responsable del conjunto de los trabajos del metro de Barcelona. El grupo de constructoras que se encuentran realizando las obras de este metro está formado por Fomento de Construcciones y Contratas (segunda empresa del sector español), Copisa y Comsa.

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