Un montaje con música y títeres llena de modernidad un clásico de Gil Vicente

La compañía Nao d'amores estrenó en el pasado Festival de Almagro El auto de los cuatro tiempos, una obra religiosa del dramaturgo portugués Gil Vicente escrita a principios del siglo XVI como parte del oficio litúrgico de los maitines de Navidad. Y lo hizo de una forma muy particular, aunando en la pieza el texto, música renacentista en directo y títeres. La función se representa desde hoy y hasta el 30 de enero en el teatro de la Abadía de Madrid.

"Los filólogos consideran este auto vanguardista porque Gil Vicente experimentaba distintas formas teatrales", explicó ayer en rueda...

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La compañía Nao d'amores estrenó en el pasado Festival de Almagro El auto de los cuatro tiempos, una obra religiosa del dramaturgo portugués Gil Vicente escrita a principios del siglo XVI como parte del oficio litúrgico de los maitines de Navidad. Y lo hizo de una forma muy particular, aunando en la pieza el texto, música renacentista en directo y títeres. La función se representa desde hoy y hasta el 30 de enero en el teatro de la Abadía de Madrid.

"Los filólogos consideran este auto vanguardista porque Gil Vicente experimentaba distintas formas teatrales", explicó ayer en rueda de prensa su directora, la madrileña Ana Zamora, en referencia a la combinación de teatro musical, iconografías medievales y la cosmología escolástica de Bartholomaeus. La obra parte del ciclo de las cuatro estaciones para establecer el encuentro entre el rey David y Júpiter por el nacimiento de Cristo.

La música en El auto de los cuatro tiempos marca las entradas y salidas de los personajes y resalta su personalidad mientras los títeres, manejados por David Faraco, construyen un puente entre el mundo real y el ficticio. Las partituras originales del dramaturgo no se conservan y Alicia Lázaro, que ya había montado con Ana Zamora dos obras de Gil Vicente, ha recurrido a cancioneros coetáneos que recogen parte de su música para este espectáculo, y ha adaptado al texto versos musicados con acentuación o estructura parecida. Se escuchan flautas, un clave y una viola de gamba, y se ha incorporado un ángel cantor que permite jugar con el sentido de todas estas músicas renacentistas.

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