Crónica:FÚTBOL | 16ª jornada de Liga

El Zaragoza se rinde al Athletic

Los jugadores de Ernesto Valverde continúan en racha y encadenando victorias

El Athletic, aguerrido, inteligente y con un fútbol directo, maniató a un Zaragoza voluntarioso pero desaliñado, a un conjunto que no supo, a pesar de tener hombres de calidad, encontrar el rumbo del partido. Quizás, al contrario que lo que mostró su rival, el conjunto aragonés acusó en demasía los muchos minutos que supone jugar en dos competiciones a la vez. Cargado, cansado y carente de ideas e intensidad, el Zaragoza no pudo hilvanar jugadas con peligro. Por lo que el Athletic, siempre peligroso al contragolpe, aceptó de buen grado la dinámica farragosa y morosa que ofrecía el partido. Ezq...

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El Athletic, aguerrido, inteligente y con un fútbol directo, maniató a un Zaragoza voluntarioso pero desaliñado, a un conjunto que no supo, a pesar de tener hombres de calidad, encontrar el rumbo del partido. Quizás, al contrario que lo que mostró su rival, el conjunto aragonés acusó en demasía los muchos minutos que supone jugar en dos competiciones a la vez. Cargado, cansado y carente de ideas e intensidad, el Zaragoza no pudo hilvanar jugadas con peligro. Por lo que el Athletic, siempre peligroso al contragolpe, aceptó de buen grado la dinámica farragosa y morosa que ofrecía el partido. Ezquerro, que salió como delantero centro, y Yeste, que aparte de Valverde fue el único en saber leer el partido, noquearon al Zaragoza.

ZARAGOZA 0 - AHTLETIC 2

Zaragoza: Luís García; Ponzio, Toledo, Milito, Álvaro; Movilla, Zapater (Soriano, m. 74); Galletti (Cani, m.64), Savio, Óscar (Javi Moreno, m. 64); y Villa.

Athletic: Aranzubia; Murillo, Casas, Gurpegui, Luis Prieto; Orbaiz, Tiko, Iraola, Etxeberria (Jonan Garcia, m. 85), Yeste (Solabarrieta, m. 90); y Ezquerro (Urzaiz, m. 80).

Goles: 0-1. M. 54. Ezquerro cabecea un saque de esquina de Yeste. 0-2. M. 78. Ezquerro, de disparo raso, bate a un Luis García vendido.

Árbitro: Fernández Borbalán. Amonestó a Tiko, Etxeberria, Milito, Ponzio, Orbaiz, Luis García y Toledo.

La Romareda: 30.000 espectadores.

Movía las manos con intensidad y agitación Valverde desde la banda para requerir el espíritu combativo que caracteriza a su equipo. Deseaba movilidad, rapidez, contraataques bien armados, a partir de Ezquerro, creativo y en gracia en las últimas fechas. Del mismo modo, dispuso a Iraola en la banda derecha, a Gurpegui, adaptado al puesto de central y a Etxeberria le dio libertad para moverse de mediapunta. El Athletic, así y desestimando la aportación rematadora de Urzaiz, buscaba desequilibrar a la zaga rival con pases largos, precisos, incisivos. Pero obviaron a los mediocentros, Tiko y Orbaiz, por lo que cargaron en exceso la banda izquierda de Yeste.

El icono e ídolo moderno de este Athletic no rehusó la responsabilidad de ser el punto de atención y, dispensando siempre un trato fino y cariñoso al balón, trató de echarse el equipo a sus espaldas. Sus movimientos de cintura, controles imposibles, recortes medidos, imaginación -se sacó de la manga una vaselina que repelió el larguero- e incursiones desestabilizadoras, lograron doblegar la defensa. Estilista como nadie, todo los movimientos de Yeste van acompañados de una aureola de elegancia. Hasta la llevó cuando se cayó en el área, momento en que Fernández Borbalán hinchó los mofletes para pitar penalti de Milito. Pero Luis García adivinó la trayectoria del lanzamiento de Iraola.

El Zaragoza, al que no le acaba de gustar eso de que le cedan la iniciativa, se mostró ingenuo y poco recurrente. Sólo el homólogo de Yeste, Savio, intentaba disimular con obligados, continuos y gráciles eslalons, las carencias de los los suyos. Amedrentado y abatido ante los últimos resultados, se resintió y no pudo imprimir un ritmo mayor a la circulación del balón. Y Ezquerro supo sacar provecho del decaimiento generalizado de su rival. Primero, ayudado por la defensa blanquilla y por Yeste, remató un córner a gol. Después, cuando Álvaro erró en el fuera de juego, Ezquerro sorteó por raso la desesperada salida de Luís García. Tanto fue así que lesionó al propio Ezquerro y se acabó el partido. El aficionado así lo creyó; a falta de un cuarto de hora se despegó de su silla y enfiló la calle. El partido adquirió entonces un gran color con uno y otro equipo creando peligro. Pero aun así, Yeste fue el estilista, Savio, el descarado, Ezquerro, el inteligente, y el árbitro, el protagonista.

Ponzio y Yeste persiguen el balón.EFE

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