Crónica:FÚTBOL | Copa de la UEFA

El Athletic gana y sufre como siempre

Los rojiblancos manejan el partido hasta el gol y luego se lo entregan a un Steaua muy rácano

El Steaua, líder de grupo, con un historial en papel couché, decidió tratarle al Athletic con el debido respeto. Llegó a Bilbao con su entrenador, el ex portero italiano Walter Zenga, entregado a la filosofía rojiblanca, repartiendo conocimientos sobre la plantilla del Athletic y previendo un chaparrón deportivo (además de climatológico) en San Mamés. Dicho deportivamente, el Steaua, que ayer concluía la liguilla previa, buscaba un empate que le otorgaba automáticamente la clasificación y se olvidó del resto.Eso sí, fiel a su historia, el Steaua dedicó a San Mamés diez minutos del histórico fú...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

El Steaua, líder de grupo, con un historial en papel couché, decidió tratarle al Athletic con el debido respeto. Llegó a Bilbao con su entrenador, el ex portero italiano Walter Zenga, entregado a la filosofía rojiblanca, repartiendo conocimientos sobre la plantilla del Athletic y previendo un chaparrón deportivo (además de climatológico) en San Mamés. Dicho deportivamente, el Steaua, que ayer concluía la liguilla previa, buscaba un empate que le otorgaba automáticamente la clasificación y se olvidó del resto.Eso sí, fiel a su historia, el Steaua dedicó a San Mamés diez minutos del histórico fútbol rumano: todos juntitos, al primer toque, con agilidad y un grado de decisión insospechado. Cuestión diplomática. A partir de entonces, el monólogo del Athletic, a veces fluido, a veces entrecortado, fue absoluto. El Athletic creció en la misma medida que el Steaua se arrugó y San Mamés empezó a oler a gol de forma abrumadora. Lo raspó Ezquerro en un cabezazo, a falta de Yeste, que inauguró el festival de reflejos del portero Khamutovski. A la media hora, el Athletic había llegado trece veces y el Steaua, ninguna. Y llegó el gol entre dos futbolistas que hacen de la tenacidad su principal virtud. Primero, la dejada de Urzaiz, después el zapatazo de Etxeberria a la escuadra. Cayó el gol como fruta madura, como algo previsto entre un equipo que juega a ganar y otro que instala a diez jugadores por detrás del balón. Es el problema de jugar al empate, una lección jamás escrita que suele acabar en suspenso permanente.

ATHLETIC 1 - STEAUA 0

Athletic: Aranzubia; Iraola, Murillo, Prieto, Del Horno; Orbaiz, Gurpegui; Etxeberria, Yeste (Tiko, m. 70), Ezquerro; y Urzaiz (Azkorra, m . 80).

Steaua Bucarest: Khamutovski; Ogararu, Baciu, Nesu; Dica, Radol, Munteanu, Bostina (Lovin, m. 90); Neaga y Cristea (Dinita, m. 87).

Goles: 1-0. M. 45. Dejada con la cabeza de Urzaiz al borde del área que Etxeberria empalma a la escuadra.

Árbitro: Kasnaferis (Grecia). Amonestó a Nesu, Iraola, Tiko y Ogararu

Unos 35.000 espectadores de San Mamés. El Athletic lució por primera vez en 106 años de historia publicidad en su camiseta con el lema Euskadi, promocionado por el Gobierno Vasco.

El Athletic actuó con paciencia, pero con insistencia. Ni siquiera tuvo que apelar al medio campo, entregado de antemano por el equipo rumano, y se trataba, en mayor medida de inventar en ataque. Es decir, confiarse a la presencia física de Urzaiz, al juego alegre de Ezquerro y a las intermitencias de Yeste e Iraola. Con eso valía, mientras el Steaua se arrugaba en espera de un empate clasificatorio que confiaba en que le lloviera del cielo.

Pero entre las virtudes del Athletic no figura el equilibrio: o ataca o defiende, pero las dos cosas a la vez se le atragantan. Y sin darse cuenta, el Steaua se encontró con un partido que nunca había buscado. El Athletic se borró del campo, se congeló, quizás se agotó, pero lo cierto es que le concedió al Steaua 25 minutos de partido para intentar encontrar lo que buscaban. Lo pudo conseguir Bustina, en un disparo lejano, o Cristea, en un cabezazo o en general en la suma de contragolpes que el Steaua produjo más por el sinsentido (físico y/o técnico) del Athletic que por su propia voluntad. Fue un suplicio excesivo para los méritos generales el partido, un hábito del Athletic condenado a sufrir hasta la última jornada. Consiguió el objetivo de ganar, no sumó los goles que buscaba (y que mereció) y todo queda para el 16 de diciembre en Lieja en un grupo tan igualado como especulativo.

Urzaiz es agarrado por un defensa rumano al intentar cabecear tras el saque de un córner.TXETXU BERRUEZO

Archivado En