Música instrumental con plácidas melodías

Quien no pueda imaginarse que un solo disco pueda incluir piezas instrumentales interpretadas en inglés, castellano, italiano, francés, japonés y croata tendrá que probar la experiencia de Hang on little tomato, el esperadísimo segundo disco de Pink Martini, que llegó a toda Europa el pasado mes de noviembre. Esta orquesta popular de 12 integrantes, fundada hace una década por Thomas Lauderdale en Portland (Oregón), integra todo tipo de melodías plácidas, románticas y bienintencionadas y ha sido definida como "un cruce de orquesta de baile cubana de los años treinta, un pasacalle...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Quien no pueda imaginarse que un solo disco pueda incluir piezas instrumentales interpretadas en inglés, castellano, italiano, francés, japonés y croata tendrá que probar la experiencia de Hang on little tomato, el esperadísimo segundo disco de Pink Martini, que llegó a toda Europa el pasado mes de noviembre. Esta orquesta popular de 12 integrantes, fundada hace una década por Thomas Lauderdale en Portland (Oregón), integra todo tipo de melodías plácidas, románticas y bienintencionadas y ha sido definida como "un cruce de orquesta de baile cubana de los años treinta, un pasacalles brasileño y una película japonesa de cine negro". Tras vender 700.000 ejemplares de Sympathique, Pink Martini se ha decantado por un trabajo que combina las composiciones propias con un original de Heitor Villa-Lobos (Song of the black swan), una pieza grabada junto a la actriz italiana de los setenta Alba Clemente (Una notte a Napoli) y un clásico del pop japonés, Kikuchiyo to Mohshimasu, recreado junto al guitarrista que lo estrenó hace 40 años, Hiroshi Wada. Lauderdale lo tiene claro: "La variedad de influencias es lo que hace que cada día se convierta en una aventura y la vida resulte más interesante".-

Archivado En