La estampita

Ahora ya sabemos por qué Kevin Johansen, ese cantautor nacido en Alaska, criado en Buenos Aires y curtido en Nueva York, se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada en las músicas de corte étnico. El autor de discos como Sur o no sur esconde en su bolsillo un amuleto algo surrealista con la imagen de san Pugliese, un santo apócrifo al que se encomienda antes de cada actuación. "Protégenos de todo aquel que no escucha (...). Llévanos con tu misterio hacia una pasión que nos parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla", reza la pec...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Ahora ya sabemos por qué Kevin Johansen, ese cantautor nacido en Alaska, criado en Buenos Aires y curtido en Nueva York, se ha convertido en una de las sensaciones de la temporada en las músicas de corte étnico. El autor de discos como Sur o no sur esconde en su bolsillo un amuleto algo surrealista con la imagen de san Pugliese, un santo apócrifo al que se encomienda antes de cada actuación. "Protégenos de todo aquel que no escucha (...). Llévanos con tu misterio hacia una pasión que nos parta los huesos y no nos deje en silencio mirando un bandoneón sobre una silla", reza la peculiar oración que atesora este músico. Johansen, que acaba de participar con éxito en el Womad de Las Palmas, da estos días en Buenos Aires los últimos toques al que será su tercer disco, City-zen, en el que sigue desarrollando su sentido del humor con temas como Atahualpa You-Punki o versiones castellanizadas del Inbetween days de Robert Smith (The Cure) y de "esa milonga de Sting llamada Traigan la noche". O sea, Bring on the night, en los tiempos de Police.-

Archivado En