FÚTBOL | Quinta jornada de la Liga de Campeones

A ganar en Roma

Con el empate en Chamartín y la victoria del Dinamo ante el Roma, el Madrid deberá puntuar en la capital italiana en la última jornada. Si gana estará clasificado y si empata y pierde el Leverkusen en su estadio ante el Dinamo, también. Pero si pierde en Roma -ante un equipo que ya no se jugará siquiera una plaza en la Copa de la UEFA y que tendrá que disputar el partido a puerta cerrada- estará automáticamente eliminado. Al Dinamo de Kiev le bastará un empate en Alemania para asegurarse otra ronda de la Liga de Campeones. Al Leverkusen, por su parte, una victoria le aseguraría el billete.
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Con el empate en Chamartín y la victoria del Dinamo ante el Roma, el Madrid deberá puntuar en la capital italiana en la última jornada. Si gana estará clasificado y si empata y pierde el Leverkusen en su estadio ante el Dinamo, también. Pero si pierde en Roma -ante un equipo que ya no se jugará siquiera una plaza en la Copa de la UEFA y que tendrá que disputar el partido a puerta cerrada- estará automáticamente eliminado. Al Dinamo de Kiev le bastará un empate en Alemania para asegurarse otra ronda de la Liga de Campeones. Al Leverkusen, por su parte, una victoria le aseguraría el billete.

En Chamartín, ayer, fue marcar Berbatov y estallar el Bernabéu, que volvió a acomodarse al sillón con el empate de Raúl. No fue un gol cualquiera. Fue el que le valió para igualar a Di Stéfano como goleador de Europa (49). Hasta entonces, los pitidos de la afición, rumiando las palabras de Mariano García Remón, que calificó de "final" el encuentro, ensordecieron los tímpanos de los galácticos. En especial, los de Beckham, que se debió de quedar sordo cuando fue sustituido por Morientes, y los de Roberto Carlos, sin olvidar la falta de autoridad de los centrales en el tanto del búlgaro. El paisano de Stoichkov convirtió la pesadilla en realidad con su remate a bocajarro. Mientras Berbatov, aficionado a la pintura y hombre de pocas palabras, se reconciliaba con el gol, Raúl no paraba de hacer aspavientos. Como anunció, lo único que quería era la victoria. Le daba lo mismo igualar los 49 goles de Di Stéfano. Pero nueve años después de su debut, frente al Ajax, lo consiguió. No así la victoria.

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