Reportaje:BALONCESTO | Liga ACB

Maljkovic-Scariolo, vidas cruzadas

Los entrenadores del Real Madrid y del Unicaja, íntimos amigos, reeditan su séptimo duelo

Cuenta Sergio Scariolo, técnico del Unicaja y ex entrenador del Real Madrid, entre otros, que a principios del mes de junio un amigo "malicioso" le llamó desde Italia nada más enterarse de que Ettore Messina, seleccionador italiano, con dos Euroligas en su bolsillo, no había aceptado el honor de dirigir al Real Madrid. "Me temo que te tocará alargar tu condición de último entrenador que ha llevado al Madrid a finales y títulos", le espetó a Scariolo con sorna su colega.

Las tornas cambiaron en cuanto se supo quién agarraría las riendas del mítico equipo: Bozidar Maljkovic, ex de Unicaja...

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Cuenta Sergio Scariolo, técnico del Unicaja y ex entrenador del Real Madrid, entre otros, que a principios del mes de junio un amigo "malicioso" le llamó desde Italia nada más enterarse de que Ettore Messina, seleccionador italiano, con dos Euroligas en su bolsillo, no había aceptado el honor de dirigir al Real Madrid. "Me temo que te tocará alargar tu condición de último entrenador que ha llevado al Madrid a finales y títulos", le espetó a Scariolo con sorna su colega.

Las tornas cambiaron en cuanto se supo quién agarraría las riendas del mítico equipo: Bozidar Maljkovic, ex de Unicaja, que llegaba a un conjunto deprimido por su inoperancia para ganar los títulos que lograba, año sí año también, en el pasado siglo. "Creo que nadie como Maljkovic, un entrenador que ha ganado muchos títulos [el hombre se hizo leyenda por las Copas de Europa que se llevó con la Jugoplastika (dos), el Limoges y el Panathinaikos] podrá devolver al Madrid al sitio que siempre, todos los años, independientemente de las bonitas palabras con las que se intente aliviar el concepto clave, determina si una temporada es un éxito o un fracaso: llegar a finales, ganar títulos".

"Si me enfrentara a uno de mis hijos también le querría ganar", dice de Scariolo el técnico serbio

Las palabras de Sergio Scariolo (Brescia, Italia, 1961), a cuyo mando el Real Madrid ganó su última Liga en 2000, no sorprenden. Maljkovic y Scariolo, Sergio y Bozidar, con los puestos intercambiados en Málaga y Madrid respectivamente, siempre han mantenido unas relaciones magníficas, más que entre hombres de baloncesto, de mentor a fiel pupilo. Con tres victorias por barba en los seis encuentros de ACB en que se han medido, el empate se romperá esta tarde en Vistalegre obligatoriamente, con el morbo añadido de que Boza se enfrenta por primera vez a los andaluces -a los que hizo campeones de la Copa Korac en 2001- tras sus cuatro temporadas en Málaga. "La profesionalidad debe ir por encima de los sentimientos; si me enfrentara a alguno de mis hijos también querría ganar", advierte a Scariolo con su tono seco de siempre el viejo zorro balcánico.

Su relación viene de antiguo, de cuando el italiano, justo en la campaña que estuvo sin entrenar tras su tormentosa salida del Madrid (2002-03), seguía al Unicaja de Maljkovic desde la grada. Quizás por eso, porque se estiman tanto, Sergio elogia la capacidad de los blancos para dar forma a ese equipo "de legionarios" que el yugoslavo reclamaba como condición sine qua non para armar un equipo de garantías. "Hay que felicitar al Madrid por quitar sus puntos fuertes a los equipos de arriba del pasado año, a jugadores que significan para el Estudiantes tanto como Felipe Reyes o los propios Bullock y Sonko para nosotros", apostilla Scariolo. Aunque la jugada del veterano sacando a los dos estadounidenses de Unicaja le ha obligado a remozar su juego exterior, -"con el fichaje de Bullock ya tenemos el equipo cerrado, sólo nos quedaría un último jugador, un tres alto, y, aunque manejamos varios nombres, estamos muy interesados en Moustapha Sonko", insinuó Bozidar en verano, no contento con uno-, Scariolo emplea para hablar de su colega un tono que combina el respeto con el cariño, el mismo que siente por los jugadores que han volado de Málaga a Madrid. "Viví con ellos la remontada que protagonizamos en la segunda vuelta del año pasado, cuando, desde el 17º puesto remontamos y nos clasificamos para la Euroliga", rememora el italiano. Con cierto orgullo, también cuenta cómo Maljkovic les da el mismo el trato a Sonko y Bullock en el Madrid que él durante su año inicial en Málaga. "Cambié de roles a los dos; Sonko era escolta y lo puse de base y al revés con Bullock", aunque matiza: "Sonko [12 puntos de media vestido de blanco] quizás sea algo más defensivo y Bullock [18 puntos] más ofensivo". Hoy serán dos de los escollos que los andaluces, sextos en la tabla con cuatro victorias y las mismas derrotas, tendrán que superar para salir indemnes de Vistalegre.

El duelo, en el que de nuevo no podrá contar con Bennet en la dirección, se le antoja un "examen" a Maljkovic. "El Unicaja, al margen de su indudable calidad, cuenta con una plantilla muy física y atlética, con hombres de gran envergadura y rapidez y muy potentes en el uno contra uno", destacó el técnico nacido el 20 de abril de 1952 en Otacec, entonces dentro de la Serbia que compartía sueños en la Yugoslavia de Tito.

Scariolo, que más o menos dice lo mismo -"sus hombres son muy jóvenes pero muy expertos, y seguro que plantearán un infierno"- alaba la inversión que ahora, y no en sus tiempos, hace el Madrid en la sección de baloncesto. Sus discrepancias con Herreros, al que buscaba sustituto, dicen que motivaron su marcha. "No caigamos en eso" discrepa el técnico italiano; "los clubes tienen en su historia momentos en los que invierten más en unas secciones que en otras". Sin entrar al trapo, Scariolo afirma que el tiempo le dio la razón -"era una decisión técnica fundamentada a posteriori por los resultados"- en el intento de fichaje de Carlos Delfino, argentino que ahora triunfa en los Detroit Pistons y detonante del caso Herreros. "Le habríamos traído por una cifra casi ridícula; es verdad que en ese momento no era muy conocido, pero esos son precisamente los mejores fichajes, no contratar a uno del que todo el mundo sabe que es excelente. Simplemente era un relevo de generación".

Con la de hoy ya serán dos las visitas que Sergio Scariolo hace al equipo del que se fue de manera tan triste. Pero, al contrario que el año pasado, cuando materializó su venganza con un triunfo en el Raimundo Saporta (72-75), esta tarde no buscará revancha alguna, aunque sí ansias de gloria. "Veré a mucha gente a la que tengo cariño, pero esta vez me costará sentir que estoy en casa, porque ahora ya no es el Raimundo Saporta [lo han derruido] sino Vistalegre, donde sólo he jugado como rival de Estudiantes". Palabras que no ocultan que, aunque esta tarde Boza y Sergio serán enemigos en la cancha, continuarán con su amistad fuera de ella. El transalpino define la relación que mantienen a su manera: "Es un placer volver a ver a Maljkovic en los banquillos".

Scariolo dirigiendo a su equipo desde el banquillo.ULY MARTÍN / DIARIO AS
Maljkovic, dirigiendo a su equipo desde el banquillo.

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