PERSONAJE

Un parado de oro

Venio Losert, campeón olímpico en Atenas con la selección croata de balonmano, busca equipo desde antes del verano

"Se ofrece portero de balonmano de reconocido prestigio, dos veces campeón olímpico con Croacia, subcampeón del mundo en 1995 y con cinco Ligas y Copas de dicho país en su haber. Demostrable". Por muchos títulos que tenga, ya los haya conseguido en Atlanta o en Atenas, desde junio Venio Losert no tiene equipo ni trabajo.

Hasta entonces, y durante tres años, se consagró con éxito como cancerbero del Granollers. "Para mí es una satisfacción haberles llevado a la copa europea EHF", proclama con orgullo. No es un torneo cualquiera: después de varios años con muchas penas y pocas glorias, la...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

"Se ofrece portero de balonmano de reconocido prestigio, dos veces campeón olímpico con Croacia, subcampeón del mundo en 1995 y con cinco Ligas y Copas de dicho país en su haber. Demostrable". Por muchos títulos que tenga, ya los haya conseguido en Atlanta o en Atenas, desde junio Venio Losert no tiene equipo ni trabajo.

Hasta entonces, y durante tres años, se consagró con éxito como cancerbero del Granollers. "Para mí es una satisfacción haberles llevado a la copa europea EHF", proclama con orgullo. No es un torneo cualquiera: después de varios años con muchas penas y pocas glorias, la comarca del Vallés vuelve a soñar este año -tras el 18-28 de la ida, los hombres de Manuel Montoya superaron ayer 34-22 al Sloga Doboj bosnio en la primera ronda- con rememorar los títulos ya obtenidos en 1995 y 1996.

"Me lo comunicó el entrenador, allá por febrero", cuenta Losert, rubio infranqueable de 28 años, retomando el pasado sin ningún atisbo de rencor. El club catalán -con cuya directiva sigue manteniendo "unas relaciones tan excelentes"- no le renovó el contrato porque necesitaba un lateral izquierdo y no se podía permitir dos porteros con un buen sueldo. "Cobrábamos más o menos lo mismo, pero el presupuesto era más ajustado que en otros equipos", explica sin dar cifras, pero consciente de lo irrefutable de la ecuación: necesitaban un jugador de campo, él era extracomunitario... así que directo al paro. Su puesto lo ocupa ahora un juvenil.

"Ellos hacen su trabajo y yo el mío; en el deporte no hay sentimentalismos que valgan", zanja Venio, como si quisiera ignorar a las 6.000 gargantas de paisanos que le aclamaban como a un hijo pródigo por las calles de Slavonski Brod, a finales de agosto, con el oro olímpico al cuello. Con picaresca, y totalmente despreocupado por su futuro, el croata resta trascendencia a tanta atención prestada: "Bueno, en la plaza de Ban Jelacic de Zagreb nos recibieron 100.000 personas; allí no hay quien no nos conozca y aquí... pasapalabra".

Desde su despido anunciado, Losert -hijo de un portero que llegó a ser convocado por la ex Yugoslavia- siguió con su way of life reposado, esperando la llamada de un grande. "En junio tuve dos ofertas, del Madeira portugués y el Badel de Zagreb, mi ex equipo, pero no me convencieron y en éstas me convocó la selección. Me dije entonces: 'voy a arriesgar y hacer un buen papel en los JJ OO; esperar una oferta mayor".

En Grecia hizo un papelón, que de momento no ha fructificado en un contrato. Su camarada Dzomba, el mejor extremo del planeta y recién llegado a la pléyade de estrellas del Ciudad Real, no se lo termina de creer. "Es el mejor del mundo en su trabajo y van y... Lo que le sucede es una mancha para el deporte", suelta en su inglés peculiar. El afectado se muestra más relajado. "Sé que las ofertas van a llegar, tarden dos meses o dos semanas", asevera, aunque la duda asoma entre tanto optimismo. "He ganado dos oros, más no puedo hacer...", dice a su interlocutor y a sí mismo. Por el momento, dos equipos importantes, "uno de fuera y otro de dentro de España", le han tirado el anzuelo con vistas a la próxima campaña. "Sí, pero ni precontrato ni nada, sólo tanteo", aclara Venio, antes de hacer una proclama: "Me quedan muchos años de balonmano, siete u ocho, y pese a que estoy estudiando Turismo, lo que yo quiero es jugar, ya sea en Alemania, en Francia o en España".

El guardameta balcánico mantiene la forma mientras corren las horas. "Me entreno en un gimnasio de Barcelona, donde realizo sesiones de pesas, ejercicios de balón para la no perder técnica...", dice, aunque la preparación tenga sus peros: "No tengo lanzadores, así que me ejercitaré en Granollers, ya sea con los juveniles o con mis ex compañeros". Por suerte, el dinero no es problema -"tenía algo ahorrado, y he cobrado una prima por los Juegos" y para combatir la depresión también ha encontrado una solución. "Desde antes de que me dijesen que no me renovaban salgo con una psicóloga... lo preveía", suelta entre risas. En caso de que tanto optimismo dé paso a la amargura, Venio Losert, doble campeón olímpico, echará mano de la sabiduría popular de su Croacia natal, y se dirá; "Cuando la cosa vaya bien no caigas en la euforia; cuando vaya mal no caigas en la desesperación".

Venio Losert celebra el oro en Atenas.ASSOCIATED PRESS

Sobre la firma

Archivado En