Reportaje:

Telón sin barreras

Una compañía integrada por personas discapacitadas y de la tercera edad estrena en Almería su tercer éxito

Silvia Bermejo tiene los nervios de acero. Jamás se había subido a un escenario pero el reto no le impone. Ella, junto con 13 actores más, es coprotagonista del montaje La tía de Carlos, de Brandon Thomas. Es la tercera obra que lleva a escena la compañía teatral de personas discapacitadas Eduardo Fajardo, de Almería, con el apoyo de la Federación Almeriense de Asociaciones de Minusválidos (FAAM).

La víspera del preestreno Silvia durmió como un lirón. A sus 31 años, la experiencia de aprenderse un texto, interpretarlo, saber vocalizarlo y expresarlo corporalmente le resulta grati...

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Silvia Bermejo tiene los nervios de acero. Jamás se había subido a un escenario pero el reto no le impone. Ella, junto con 13 actores más, es coprotagonista del montaje La tía de Carlos, de Brandon Thomas. Es la tercera obra que lleva a escena la compañía teatral de personas discapacitadas Eduardo Fajardo, de Almería, con el apoyo de la Federación Almeriense de Asociaciones de Minusválidos (FAAM).

La víspera del preestreno Silvia durmió como un lirón. A sus 31 años, la experiencia de aprenderse un texto, interpretarlo, saber vocalizarlo y expresarlo corporalmente le resulta gratificante. Silvia, que tiene síndrome de Down, dice que nada le ha resultado difícil, ya que para eso ha trabajado desde diciembre de 2000. "Es la primera obra que yo hago con Fajardo como director. Si me equivoco, no me importa. De los errores se aprende", sostiene rotunda. Silvia se ha familiarizado con el personaje de Laura, la novia de Alberto, el dueño de la casa donde transcurre la acción.

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Alberto es Juan Antonio Fernández, un maestro de Primaria jubilado que se topó con el proyecto de Fajardo y ha apostado por él. "La única dificultad al actuar con personas discapacitadas es que si, por ejemplo, el escenario no tiene rampa, hay que ayudarles a subir. Por lo demás no existe ninguna", explica.

Silvia está convencida de que las dificultades las ponen los no discapacitados: "He sabido hacerlo porque aunque tenga síndrome de Down es algo que no me impide hacer una carrera o dedicarme a unos estudios. Lo importante es que lo saque adelante y que yo misma y mi familia crea en ello. He aprendido que hay muchas puertas abiertas con el teatro gracias a esta obra y a Fajardo".

La falsa tía de Carlos, el papel protagonista de la obra, es encarnado por el actor Carlos Hernández, de 83 años, profesional de la escena y que ha trabajado en compañías como la de Mercedes Collado, Paco Martínez Soria y en el Teatro Nacional Clásico. Sin embargo, su experiencia con la compañía Eduardo Fajardo de Almería supera con creces los proyectos de su madurez. "Es de los trabajos más difíciles que yo he interpretado por el cambio continuo que tengo que hacer de hombre a mujer y de mujer a hombre. Aparte, trabajar con discapacitados ha sido un placer. Su perseverancia y constancia son un referente para todos los demás", afirma el veterano actor.

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Ese tesón que admira Hernández es el que también ha demostrado su compañero Eduardo Verdejo en el papel de don Servando. Verdejo, postrado en una silla de ruedas a consecuencia de un accidente de tráfico ocurrido en 1997, ha participado en las tres obras teatrales dirigidas por Eduardo Fajardo desde la creación de la compañía y ve en el teatro el principal motor de su existencia. "Yo era director deportivo de la Federación Española de Ciclismo en Granada cuando me ocurrió el accidente. Si no llega a ser por el teatro me hubiera tirado a la carretera para que me pillara un coche porque estaba acostumbrado a una vida muy activa", confiesa. Él próximo sábado se estrena La tía de Carlos en el auditorio Maestro Padilla de Almería.

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