Entrevista:JUAN BAUTISTA SOLER | Nuevo presidente del Valencia | FÚTBOL | Relevo en Mestalla

"No me interesan ni el Madrid ni el Barça"

Después de presidentes volcánicos (Paco Roig), camaleónicos (Pedro Cortés) y populistas (Jaime Ortí) llega la discreción a la presidencia del Valencia: Juan Bautista Soler, constructor de 48 años. Un bigote abundante, una risa aniñada y un hilo de voz suave y monocorde. No le esperen luciendo una peluca naranja ni dando saltos en un autobús descapotable festejando un título de su equipo como sus predecesores. Entronca más bien con el estilo serio de Arturo Tuzón, presidente a finales de los años 80 y principios de los 90. El despacho de Soler está lleno de cuadros y esculturas de Manolo Valdés...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Después de presidentes volcánicos (Paco Roig), camaleónicos (Pedro Cortés) y populistas (Jaime Ortí) llega la discreción a la presidencia del Valencia: Juan Bautista Soler, constructor de 48 años. Un bigote abundante, una risa aniñada y un hilo de voz suave y monocorde. No le esperen luciendo una peluca naranja ni dando saltos en un autobús descapotable festejando un título de su equipo como sus predecesores. Entronca más bien con el estilo serio de Arturo Tuzón, presidente a finales de los años 80 y principios de los 90. El despacho de Soler está lleno de cuadros y esculturas de Manolo Valdés y Carmen Calvo. Y, en medio del torbellino de su nuevo cargo, parece no tener ninguna prisa ni ponerse nervioso por nada.

"Soy socio del Levante y del Pamesa porque, si tengo algo en la sangre, es valencianismo"
"No soy un hijo de papá. A los 11 años ya iba a la obra: cavé zanjas y aprendí todos los oficios"

Pregunta. ¿Nunca pierde los nervios?

Respuesta. Hay momentos en que uno debe ponerse nervioso. No somos de hielo. Por ejemplo, cuando le marcan al Valencia.

P. ¿Y qué le irrita?

R. Ver que la afición critica a un jugador. Somos humanos y, cuando uno pone todo su empeño en que las cosas salgan bien, si no salen, lo que hay que hacer es ayudarlo.

P. O sea, le irrita Mestalla.

R. No, no, no... Hablo en general. En un partido en la Liga inglesa vi a un portero que se le escapaba el balón de las manos y la gente lo animaba. Le dije al de mi lado: '¿No te das cuenta de lo malo que es?'. Y él respondió: 'Pero es nuestro portero'. Me dio una lección que me gustaría que también diéramos nosotros.

P. ¿De dónde viene su admiración por Kempes?

R. Fue la primera figura internacional reconocida. Le dio un plus al Valencia. Si quiere trabajar con nosotros, volverá al club.

P. A usted se le acusa de acabar de llegar al fútbol.

R. A los ocho años, en pantalón corto, mi padre ya me llevaba a Mestalla. Mis primeros recuerdos se remontan al hijo de Zamora, que era portero, y a la Copa de Ferias en 1963: Mestre, Paquito, Roberto Gil... Defensas como Sol, Tatono, Mestre, Vidagañy... Después, Waldo, Guillot, Ansola... He pasado por todas las gradas de Mestalla: tribuna, detrás de la portería, general de pie, anfiteatro y, al final, hace cuatro años, entré en el palco.

P. ¿Y jugó al fútbol?

R. Sí. Era muy malo. De portero. Hicimos un equipo en el colegio, en Los Dominicos. En 1973, en alevines, ganamos la Liga fallera y yo, evidentemente, no era el titular.

P. ¿Qué fútbol le gusta?

R. El espectáculo y los goles.

P. Pero el Valencia seguirá con su estilo de equipo compacto y trabajador.

R. Sí. El Madrid y el Barça están preocupados para ver con qué estilo pueden competir con el Valencia.

P. ¿Ascender a la presidencia no ha sido un ataque de vanidad?

R. No, rotundamente no. He entrado porque [Jaime] Ortí ha tomado la decisión de abandonar el Valencia por la puerta grande.

P. Realmente, ¿cree que la gente se traga que Ortí quería irse?

R. La gente es muy libre de pensar lo que quiera. Más explicaciones de las que ha dado él no se pueden dar.

P. ¿Cuáles son las principales carencias del club?

R. Hay una situación económica y social que hay que mejorar. La deuda es de 80 millones. Es la hora de entrar en el mercado internacional y el Valencia debe estar en la parrilla de salida. Quiero que esté entre los clubes más importantes del mundo. Ahora está el tercero en el ránking de la FIFA [tras el Manchester United y el Madrid].

P. ¿Sus proyectos económicos?

R. No se los voy a decir, pero ya llevamos trabajándolos tres o cuatro meses. En el ámbito internacional, hay una guerra abierta por el mercado y la discreción es la que nos llevará por el buen camino.

P. Dijo que no le gusta la popularidad, lo cual es incongruente con su nuevo cargo.

R. A ningún empresario le gusta la popularidad. Pero a veces no queda más remedio.

P. ¿Teme caerle mal a la hinchada por ser el hijo del amo [Juan Soler, máximo accionista del club]?

R. Es que yo también soy el amo. Tengo 15.210 acciones. Mi padre y yo tenemos la satisfacción de que nunca hemos tenido que acudir el uno al otro. Comencé a ir a la obra a los 11 años y lo primero que hice fue cribar un camión de arena. Se me llenaron las manos de ampollas. También cavé zanjas para desagües. Aprendí todos los oficios de la obra.

P. ¿No es un hijo de papá?

R. No, y puede hablar con la gente de mi empresa. Voy a almorzar con ellos, a tomar café... No se me caen los anillos.

P. ¿Qué es lo peor que se ha encontrado en el fútbol?

R. Estar en el palco y no poder levantarte y celebrar los goles de tu equipo. Dicen que es respeto al contrario, pero a mí no me importaría. En San Mamés, marcó el Athletic y le dije a una directiva que lo celebrara.

P. ¿Los salarios tan altos de los jugadores?

R. Si los comparásemos con la NBA o la fórmula 1, los encontraríamos ridículos.

P. ¿El Valencia es respetado fuera de casa?

R. Más de lo que aquí pensamos. Eso es como uno que no se da cuenta de lo que crecen sus hijos hasta que ve a los hijos de los amigos. El otro día empatamos en Sevilla y era increíble la satisfacción del consejo del Betis por sacar un empate en casa contra nosotros.

P. Pero nunca se le ve como favorito.

R. Eso nos ayuda. No me gusta ir de favorito. Después nos cansaremos de escuchar la crisis de los favoritos.

P. ¿Cómo será la recalificación de los terrenos de Mestalla?

R. No queremos destinar ni un euro de la recalificación que no sea a la construcción de un nuevo estadio. El Valencia debe ser capaz de generar ingresos propios. No estaría bien visto, y yo sería el primero, que, a través de una recalificación, las instituciones estuvieran ayudando a una sociedad anónima. ¿Qué Mestalla queremos? Si en la recalificación se me permite un estadio de 10 o de 100, lo haré de esa dimensión.

P. ¿Qué modelo de club prefiere: el Madrid o el Barça?

R. No tenemos por qué copiar a nadie. Vamos a hacer operaciones importantes y a posicionarnos en el mundo. No me interesan el Madrid y el Barça. Me gustaría que se estuviera hablando de ellos y yo, cada tres años, ganar dos Ligas. Me conformo con eso.

P. ¿Sus gustos pictóricos?

R. Me gustan Manolo Valdés, Pepe Salmerón, Uiso Alemany, Miquel Navarro, Carmen Calvo... Cuando viajo, presumo de estos artistas valencianos.

P. Políticamente, ¿se define como valencianista?

R. Fui vicepresidente de Lo Rat Penat [entidad cultural regionalista y conservadora]. Si tengo algo en la sangre, es valencianismo.

P. ¿Por qué es socio del Levante y del Pamesa?

R. Porque me gusta el deporte valenciano. Y apoyo a sus equipos.

Soler, el martes en su despacho, muestra el balón con el que el Valencia ganó la Supercopa de Europa ante el Oporto.CARLES FRANCESC

Archivado En