Arcángel hace en 'La calle perdía' un ejercicio de cante sin estridencias

Francisco José Arcángel (Huelva, 1977) sabe que tiene una voz melódica y se sirve de ella para cautivar al público con un cante, dice, "basado más en el preciosismo que en lo ácido y duro del flamenco, que también impacta mucho". Consiguió el éxito con su primer álbum, Arcángel (Virgin), y pretende repetirlo con el segundo, La calle perdía (Ediciones Senador), que se presenta hoy en la sala Galileo Galilei de Madrid, y el viernes 29 de octubre en la sala Luz de Gas de Barcelona. "Quiero llegar a la gente de una forma suave, sin estridencias, más poquito a poco", afirma.

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Francisco José Arcángel (Huelva, 1977) sabe que tiene una voz melódica y se sirve de ella para cautivar al público con un cante, dice, "basado más en el preciosismo que en lo ácido y duro del flamenco, que también impacta mucho". Consiguió el éxito con su primer álbum, Arcángel (Virgin), y pretende repetirlo con el segundo, La calle perdía (Ediciones Senador), que se presenta hoy en la sala Galileo Galilei de Madrid, y el viernes 29 de octubre en la sala Luz de Gas de Barcelona. "Quiero llegar a la gente de una forma suave, sin estridencias, más poquito a poco", afirma.

No le gustan "las medias tintas", pero él ha hecho en La calle perdía un vaivén "entre lo más heterodoxo y lo más ortodoxo, sencillamente porque no me apetece renunciar a ninguna de las dos cosas". Y es que intuye que ésta puede ser la clave de su carrera artística. "La apuesta es arriesgada: no abandonar el flamenco, no entregarse a la comercialización, pero a la vez llegar a la gente que es flamenca y a la que no", argumenta. "La calle perdía es un disco más flamenco que Arcángel, aunque tiene temas más comerciales porque tienes que pinchar temas en la radio", explica. "Sobre todo refleja más lo que es mi gusto, lo que hago en el escenario".

El artista, premio Giraldillo del Cante de 2000, es de los que piensa que " para cantar hoy hay que asimilar lo de antes y a partir de ello evolucionar". Eso sí, "sin renunciar a cosas más vanguardistas, porque el cante se merece que evolucionemos, que no se quede como un arte muerto".

Homenaje a su padre

Arcángel ha dedicado La calle perdía a su padre recientemente fallecido. "Es el nombre de una calle de Alosno, el pueblo de mis padres", explica, y "ahora que él no está, me apetecía darle un homenaje". "Yo pasé casi toda mi infancia en Alosno y tengo muchas vivencias allí. Es la etapa que más compartí con mi gente. Luego, cuando te pones a trabajar, no tienes tiempo para dedicárselo y añoro un poco esa época", confiesa. A los ocho años se subió al primer escenario y a los 15 era ya profesional. El próximo febrero actuará en Nueva York y Washington dentro del festival Territorio flamenco.

La Bienal de flamenco de Sevilla de 1998 le convirtió en una estrella. "Cambió mucho las cosas. En el mundo del flamenco, tan cerrado a veces, el cante está considerado como un arte menor. Le cuesta mucho a los cantaores salir y dar recitales. Y yo en esa Bienal participé en varios espectáculos y eso me dio la oportunidad de poder mostrarme yo sólo", cuenta agradecido.

En los conciertos de hoy en Madrid y el 29 en Barcelona Arcángel interpretará casi todos los temas de este disco y parte del anterior: "Intento adaptarlos a un flamenco más de la calle. En La calle perdía he prescindido de las cuerdas, pero en directo una versión más acústica puede sonar bien".

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