La rebelión de las tres 'grandes'

Los organizadores del Tour, el gran poder económico del ciclismo, y a su rebufo los organizadores del Giro y la Vuelta han enviado una carta a Hein Verbruggen, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) expresándole sus dudas sobre el UCI ProTour. De repente, apenas comenzado su despegue, pero alcanzado el punto crítico, de no retorno, la revolución que llegaba para clarificar el ciclismo, para adecuarlo a la sociedad del siglo XXI, puede quedar en agua de borrajas. En la salida de Alcobendas, Vicente Belda, cuyo equipo, el Comunidad Valenciana-Kelme, no había sido admitido en el ProT...

Los organizadores del Tour, el gran poder económico del ciclismo, y a su rebufo los organizadores del Giro y la Vuelta han enviado una carta a Hein Verbruggen, presidente de la Unión Ciclista Internacional (UCI) expresándole sus dudas sobre el UCI ProTour. De repente, apenas comenzado su despegue, pero alcanzado el punto crítico, de no retorno, la revolución que llegaba para clarificar el ciclismo, para adecuarlo a la sociedad del siglo XXI, puede quedar en agua de borrajas. En la salida de Alcobendas, Vicente Belda, cuyo equipo, el Comunidad Valenciana-Kelme, no había sido admitido en el ProTour, tiraba cohetes. La permanencia de Valverde en su equipo la creía asegurada. Otras caras no eran tan gozosas, como la de Manuel Piñera, patrón del Liberty, abogado de una concepción según la cual el ciclismo debe ser una inversión con rentabilidad y que, sin embargo, intentaba minimizar la posición de las tres grandes. "Creo que nada es definitivo. Todo es negociable", dijo. "Se harán algunos cambios, pero seguiremos adelante. El UCI ProTour es necesario". Y lo es, con el Tour o sin él, según dejó claro ayer la UCI.

En febrero el plan era claro. "Contamos con el Tour", prometían los promotores del UCI ProTour, la reforma que prevé que sólo los mejores equipos -atendiendo a criterios deportivos, económicos y éticos- puedan participar en las mejores carreras. En mayo comenzaron a oírse las críticas: falta de participación de todos los estamentos, riesgo de desaparición de los equipos pequeños, de las carreras menores, obligaciones económicas exageradas para los equipos... El Tour empezó a dar marcha atrás. A sus organizadores no acababa de cuadrarles la idea de que, de golpe y porrazo, algunas carreras para ellos secundarias alcanzaran organizativamente el mismo poder, y mucho menos estaban dispuestos a entregar a la UCI el poder de decisión absoluto en el ciclismo.

A pesar de todo, la puesta en marcha del ProTour no se detuvo. Los 17 primeros equipos admitidos habían sido anunciados; el mercado de fichajes se había excitado... Desde ayer todo está en suspenso.