ATLETISMO | Liga de Oro

Olsson y Williams se reparten el millón de dólares

En el histórico estadio de Berlín, en el que el estadounidense Jesse Owens cimentó su leyenda en los Juegos de 1936, dos campeones olímpicos, el triplista sueco Christian Olsson, sucesor del gran Jonathan Edwards, británico, y la cuatrocentista bahameña Tonique Darling-Williams se repartieron un millón de dólares (822.000 euros) en lingotes de oro, el premio reservado a los ganadores de sus pruebas en las seis reuniones de la Liga de Oro, que concluyó ayer en la capital alemana.

Olsson y Williams pusieron el lazo a una excelsa temporada en un recinto remodelado con vistas a la Copa del ...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

En el histórico estadio de Berlín, en el que el estadounidense Jesse Owens cimentó su leyenda en los Juegos de 1936, dos campeones olímpicos, el triplista sueco Christian Olsson, sucesor del gran Jonathan Edwards, británico, y la cuatrocentista bahameña Tonique Darling-Williams se repartieron un millón de dólares (822.000 euros) en lingotes de oro, el premio reservado a los ganadores de sus pruebas en las seis reuniones de la Liga de Oro, que concluyó ayer en la capital alemana.

Olsson y Williams pusieron el lazo a una excelsa temporada en un recinto remodelado con vistas a la Copa del Mundo de fútbol de 2006 y que también aspira a acoger los Campeonatos del Mundo de atletismo de verano de 2009 -sus rivales son Valencia, Split y Bruselas-.

El espigado nórdico, de 24 años de edad y dos metros de estatura, ganó el concurso de triple salto con 17,45 metros, por delante del norteamericano Walter Davis (17,21), undécimo en Atenas.

A su vez, Williams ratificó que se trata de la mejor cuatrocentista del momento, ya por encima de la mexicana Ana Guevara, campeona mundial en París 2003. Surgida de la prolífica cantera de velocistas caribeños, su progresión ha sido sorprendente. En apenas un año ha rebajado su marca en más de un segundo, una mejora sorprendente. Este curso ha firmado la mejor del mundo: 49,15s. Sin embargo, en los Mundiales de París del pasado año sólo pudo ser la quinta mientras que en los de pista cubierta del pasado marzo, en Budapest, finalizó la tercera.

A sus 28 años, esta menuda velocista, de 1,60 metros, que se replanteó su carrera en 2002, cuando se fue a Norfolk, en Virginia (Estados Unidos), a entrenarse con Steve Riddick, preparador de otros atletas bahameños, ha alcanzado la gloria y amasado una pequeña fortuna.

Archivado En