Necrológica:

Gérard Souzay, un barítono legendario

El pasado 17 de agosto calló en Antibes una de las más bellas voces de barítono y uno de los más grandes impulsores de la canción francesa de concierto: Gérard Souzay (Angers, 1918). Formado junto a la gran Claire Croiza (París, 1882-1946) y Pierre Bernac, recibió también la influencia de la alemana Lotte Lehmann (1888-1976), lo que abona las amplias posibilidades de su talento interpretativo.

Desde muy pronto, Souzay fue no sólo un cantante de rara musicalidad, sino todo un maestro cuyo consejo era buscado por intérpretes de todos los países, pues era una delicia escuchar su Schumann p...

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El pasado 17 de agosto calló en Antibes una de las más bellas voces de barítono y uno de los más grandes impulsores de la canción francesa de concierto: Gérard Souzay (Angers, 1918). Formado junto a la gran Claire Croiza (París, 1882-1946) y Pierre Bernac, recibió también la influencia de la alemana Lotte Lehmann (1888-1976), lo que abona las amplias posibilidades de su talento interpretativo.

Desde muy pronto, Souzay fue no sólo un cantante de rara musicalidad, sino todo un maestro cuyo consejo era buscado por intérpretes de todos los países, pues era una delicia escuchar su Schumann pero no menos su Monteverdi, y en cuanto a los autores de su país sería difícil comprender la importancia y la belleza de toda una pléyade de compositores a los que quizá no se reconoce en la total grandeza de su producción.

Poulenc, Milhaud y todo el grupo de los Seis tuvo en Gérard Souzay un artista impositivo, lo mismo que Debussy, Ravel, Stravinsky e incluso Falla.

La gran carrera del cantante comienza su definitivo ascenso en el Festival de Aix con su creación de Eneas, de Purcell, y continúa y se mantiene con el repertorio mozartiano (su Almaviva marca una fecha en la historia del Metropolitan de Nueva York), mientras que su Pelleas debussyano conmovió a los operófilos romanos, bajo la dirección de Ansermet.

Fue Souzay un hombre culto, un espíritu avizorado, un artista pleno que amaba la poesía y la pintura y hasta la practicó en exposiciones celebradas en París, Tokio o Nueva York.

Dictó cursos de interpretación en Europa y América, publicó libros como Fables dessins, dialogues et rencontres en los que testimonia su amor por Braque o Valery, Cocteau o García Lorca y gustó de actuar o registrar en colaboración con otras personalidades de su época, tal es el caso del pianista Cortot. A lo largo de más de cuarenta años, Souzay grabó 750 títulos bien cantados en 15 lenguas.

Cuantos hayan escuchado alguna vez a Souzay no olvidarán la impresión de su materia y la intensidad de su pasión expresiva sometida a los imperativos de la fidelidad y la inteligente prospección. En Pelleas et Mélisande o en Manon, Souzay aparece unido a Victoria de los Ángeles, en producciones recogidas en la serie Testament.

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