Reportaje:Atenas 2004 | EL BALANCE ESPAÑOL

Patinazo colectivo

En deportes de equipo, España rompe la racha de ganar al menos dos metales iniciada en Barcelona 92

Si el único baremo válido son las medallas, el fracaso de los equipos españoles en Atenas ha sido absoluto. Ninguno de los siete conjuntos que participaron en los Juegos acabó en el podio. Se rompió una racha exitosa que se había iniciado en Barcelona 92 (tres medallas: fútbol, oro; hockey femenino, oro, y waterpolo, plata), había proseguido en Atlanta 96 (tres medallas: waterpolo, oro; hockey, plata, y balonmano, bronce) y se había mantenido en Sidney 2000 (dos medallas: fútbol, plata, y balonmano, bronce). En la historia de los Juegos modernos, los equipos españoles lograron medallas en siet...

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Si el único baremo válido son las medallas, el fracaso de los equipos españoles en Atenas ha sido absoluto. Ninguno de los siete conjuntos que participaron en los Juegos acabó en el podio. Se rompió una racha exitosa que se había iniciado en Barcelona 92 (tres medallas: fútbol, oro; hockey femenino, oro, y waterpolo, plata), había proseguido en Atlanta 96 (tres medallas: waterpolo, oro; hockey, plata, y balonmano, bronce) y se había mantenido en Sidney 2000 (dos medallas: fútbol, plata, y balonmano, bronce). En la historia de los Juegos modernos, los equipos españoles lograron medallas en siete ocasiones, pero pasaron inadvertidos en otras siete oportunidades, la última en Seúl 1988. La primera medalla (plata) la ganó el fútbol en 1920, en Amberes, y posteriomente entraron en el cuadro de honor el hockey sobre hierba, bronce en Roma 60 y Moscú 80, y el baloncesto, plata en Los Ángeles 84.

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Este año, España acudió a Grecia con muchas aspiraciones en baloncesto, hockey y balonmano y con dudas en waterpolo. De todos ellos, el que más cerca estuvo de la medalla fue el hockey, que perdió con Alemania en el partido por el bronce. Los demás o no entraron en los cuartos de final o sucumbieron en unos cruces muchas veces injustos. Es probable que España habría obtenido alguna medalla sólo con liguillas.

HOCKEY, CUARTO

Desde que ganó la medalla de plata en Atlanta 96, la selección masculina había ido dando tumbos sin encontrar un rumbo fijo. Hace dos años, la federación decidió fichar al técnico holandés Maurits Hendricks, oro con Holanda en Sidney 2000, para que pusiera orden y devolviera la ilusión. Se entrenó 20 horas diarias, "el límite asesino" según Hendricks, y el equipo llegó a Atenas proyectado por una línea ofensiva -Freixa, Tubau, Amat y Sojo- de primer orden. Su trayectoria fue impecable hasta las semifinales, a las que llegó sin ninguna derrota. Pero en ellas acusó el desgaste físico y Australia le situó en la lucha por el bronce. La medalla se le escapó en un partido a cara y cruz con Alemania, que empató en los últimos minutos y ganó luego con un gol de oro (3-4), marcado por Bjorn Michel en su último partido como jugador internacional.

El equipo femenino acabó décimo tras perder todos sus partidos. Su oro de Barcelona 92 queda ya muy lejos.

BALONCESTO, SÉPTIMO

La presencia de Pau Gasol lo llenaba todo. No sólo era el símbolo de calidad del equipo español, sino también una de las estrellas del campeonato. Fueron inevitables las comparaciones con la selección de 1984, que ganó la plata en Los Ángeles. Y demostró su calidad en la fase preliminar, en la que ganó con solvencia todos sus partidos. El problema le llegó en el cruce de los cuartos, el emparejamiento maldito del deporte español. Acabó la primera de su grupo, pero le tocó enfrentarse a Estados Unidos, cuarta en el suyo. Y allí se acabó: 94-102. Una derrota que le llevó a la disputa de la séptima plaza contra China, partido que ganó. Gasol se fue como una de las estrellas de los Juegos. Argentina e Italia, batidas precisamente por España, alcanzaron el oro y la plata respectivamente mientras Estados Unidos se quedó en el bronce.

En el torneo femenino, la selección tuvo un protagonismo mayor del esperado. En una buena primera fase, sólo cedió ante Estados Unidos. Después, cayó en los cuartos ante Brasil (63-67) en un partido muy disputado. Al final, se clasificó sexta.

BALONMANO, SÉPTIMO

El referente eran las dos medallas de bronce consecutivas que Juan de Dios Román había conseguido en Atlanta 96 y Sidney 2000. El listón estaba alto, pero España acudió a Atenas con un equipo para elevarlo. Impresionó en sus primeros partidos, pero Croacia (22-30) le devolvió al terreno de lo humano. Aquel revés fue importante porque dejó a España segunda de grupo y la emparejó en los cuartos con Alemania, campeona europea y subcampeona mundial. La otra opción era Grecia, el rival de Croacia. La paradoja fue que España perdió en su mejor partido. Frente a Alemania se rozó la perfección y sobresalió la figura de un Barrufet imbatible. Hubo dos prórrogas y penaltis. Pero los jugadores de César Argilés no lograron marcar ninguno y anularon la gesta del portero barcelonista, paró tres lanzamientos desde los siete metros. "Todo lo demás sobraba", dijo Argilés. Croacia ganó el oro, Alemania la plata y el bronce fue para Rusia.

En la primera participación olímpica que se había ganado -en Barcelona jugaron como anfitriones-, la selección femenina quedó encajada en el grupo más fuerte. Salió de la fase preliminar con tres derrotas y un empate (Angola) y perdió en los cuartos ante Ucrania. Acabó la sexta, con una sola victoria: contra China.

WATERPOLO, SEXTO

Con la marcha de sus grandes estrellas, la plata de Barcelona 92 y el oro de Atlanta 96 parecen ahora un objetivo muy difícil de conseguir. El equipo español sigue en plena renovación -Rollán anunció su adiós- y el principal problema que afronta es la irregularidad. A un gran partido le sigue otro desastroso. Y en esa dinámica las medallas se escapan. Le ocurrió en Sidney y le volvió a pasar en Atenas, donde entraron en los cuartos de final de rebote -por la victoria de Grecia sobre Italia- y perdieron ante Serbia, finalmente plata. El oro volvió a ser para Hungría mientras que España acabó siendo sexta.

El banquillo español de waterpolo, con el seleccionador, Joan Jané, de pie, en el partido contra Serbia.GARCÍA CORDERO

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