"Me indigna que se piense que la vela es elitista"

Por una vez, las referencias, que no podían ser mejores, se han cumplido. Junto a su paisano Iker Martínez, el guipuzcoano Xabier Fernández (Ibarra, 1976) ha ganado el oro olímpico en la clase 49er de vela. En abril ya se habían proclamado campeones mundiales en el mismo escenario.

Pregunta. Vaya con el meltemi, cómo soplaba en la bahía... ¿Ha temido que les levantara la medalla?

Respuesta. Era igual para todos. No sería una buena excusa.

P. ¿De dónde le viene la afición a la vela?

R. Empecé haciendo un cursillo, como mi pad...

Por una vez, las referencias, que no podían ser mejores, se han cumplido. Junto a su paisano Iker Martínez, el guipuzcoano Xabier Fernández (Ibarra, 1976) ha ganado el oro olímpico en la clase 49er de vela. En abril ya se habían proclamado campeones mundiales en el mismo escenario.

Pregunta. Vaya con el meltemi, cómo soplaba en la bahía... ¿Ha temido que les levantara la medalla?

Respuesta. Era igual para todos. No sería una buena excusa.

P. ¿De dónde le viene la afición a la vela?

R. Empecé haciendo un cursillo, como mi padre, y me picó el gusanillo.

P. ¿Tanto tiempo en la mar da para tener ídolos?

R. En la vela española tenemos grandísimos referentes, aunque no sean muy conocidos, como Alejandro Abascal, que, encima, nos entrena.

P. ¿Siente envidia de los futbolistas, siempre en la palestra?

R. También estamos bien considerados. Conviene no olvidar que la vela es un deporte minoritario. El populismo es imposible en las regatas, a diferencia de en los estadios.

P. Dicen que el mar serena la mente y el espíritu.

R. Será, pero en los días de competición, tranquilidad poca. Otra cosa es cuando navegamos en nuestros ratos libres, cuando no hay en juego nada.

P. ¿Cómo llevan los berrinches rodeados de tanta agua?

R. Afortunadamente, son pocos. Además, Iker y yo navegamos juntos desde hace siete años.

P. Al contrario que los velocistas del atletismo, ustedes se juegan el trabajo de cuatro años en una semana, no en segundos.

R. Es lo bonito de este deporte: hemos tenido que estar bien centrados durante doce días.

P. ¿Cómo se aguanta la presión con tanto vaivén marino?

R. Nos basta con la experiencia.

P. Dicen que los marinos son supersticiosos.

R. Pues no es el caso.

P. Llevan mes y medio en Atenas, mucho más que la mayoría de los deportistas. ¿Cómo se distraen?

R. Entre que la Villa Olímpica nos pilla lejos de la zona de regatas y el barco no hemos tenido nada de tiempo libre.

P. Lo suyo es monacal.

R. Aunque nos han tratado de maravilla, como en casa en ningún sitio. ¡Los huevos fritos de la Villa Olímpica son a la plancha!

P. ¿Qué hará cuando esté completamente harto de tanta agua a babor y estribor?

R. Estudié una ingeniería técnica, pero espero seguir en la vela. Es un deporte que lo permite. Además, tenemos por delante dar la vuelta al mundo.

P. ¿Practica otros deportes?

R. El ciclismo. No era muy allá, pero corrí tres años en aficionados.

P. ¿Por qué da gracias?

R. Por haber visto tanto mundo. Desde el mar, Grecia es muy bonita.

P. ¿Qué le enciende?

R. Los tramposos. A veces, ves a algún sinvergüenza que aprovecha el caos que se forma con tanto barco y con todo el morro se salta la boya.

P. ¿Sólo le indigna eso?

R. También que la gente piense que la vela es un deporte elitista.

P. ¿Se siente como pez en el agua?

R. Tanto que me van a salir escamas.

P. Ya hay una película del tema, Waterworld, de Kevin Costner.

R. La he visto, pero lo que me gusta es el cine de evasión con final feliz. Ahora parece que las pelis de catástrofes están de moda, pero prefiero las que me recuerdan al Equipo A.

P. ¿Perdón?

R. Me encanta que los planes salgan bien.