Reportaje:

La brecha feliz

Javi Moreno cree haber cerrado una gran crisis con un gol en el que se abrió la cabeza y confirmó el triunfo del Zaragoza en la Supercopa

Javi Moreno, valenciano de 29 años, casi ni sintió el golpe que David Navarro le dio en la ceja, en la vuelta de la Supercopa, y que le dejó chorreando sangre y con cinco puntos de sutura. Su gol al Valencia (1-3), fue un cabezazo con toneladas de simbolismo. Su primer tanto "en casi dos años", desde uno al Racing con el Atlético, su primer título, con su mujer, sus padres, sus hermanos en la grada, la primera Supercopa del Zaragoza, que ayer celebró el título ante miles de aficionados, y, sobre todo, el portazo a otra mala etapa.

Fue algo así como su segundo renacer. El primero le lleg...

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Javi Moreno, valenciano de 29 años, casi ni sintió el golpe que David Navarro le dio en la ceja, en la vuelta de la Supercopa, y que le dejó chorreando sangre y con cinco puntos de sutura. Su gol al Valencia (1-3), fue un cabezazo con toneladas de simbolismo. Su primer tanto "en casi dos años", desde uno al Racing con el Atlético, su primer título, con su mujer, sus padres, sus hermanos en la grada, la primera Supercopa del Zaragoza, que ayer celebró el título ante miles de aficionados, y, sobre todo, el portazo a otra mala etapa.

Fue algo así como su segundo renacer. El primero le llegó en el Alavés, cuando despertó de una mala época, en la que deambuló por el Yeclano, el Córdoba y el Numancia tras formarse en el Barça. Había pensado en dejar el fútbol, se entrenó en el Valencia B por la amistad con su jugador Simeón... pero llegó el Alavés de Mané y le llevó a la gloria, a los 28 goles en un curso, a fichar por el Milan (nueve goles en una temporada) y a ser cinco veces internacional. Y de ahí otra cuesta abajo en el Atlético, la dejadez por no jugar, el sobrepeso que aún arrastra, y ahora el fichaje por el Zaragoza.

"El gol es el más impotante de mi vida tras el que marqué en el ascenso con el Numancia y de uno con el Alavés en la UEFA", afirma Javi Moreno. "De pequeñito tenía dos sueños, uno ser internacional, y otro ganar un título. El último año todo me salía mal, estaba triste. Fue un curso malísimo, el peor. La culpa es mía por no asimilarlo. Mi instinto no lo pierdo, es innato, meto goles desde que jugaba en mi pueblo y me fichó el Barça, aunque me canso en los finales de partido, necesito minutos". Su ex compañero Julio Salinas avisa: "Ha sufrido mucho, estaba con la soga al cuello. El Atlético es muy difícil y se había abandonado un poco, pero es un fenómeno. Necesita confianza y será el goleador letal que fue".

Javi Moreno, con una venda en la cabeza, junto a Álvaro.JOSÉ JORDÁN

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