Crítica:FERIA DE MÁLAGA | LA LIDIA

Triunfal reaparición de Ponce

El toreo relaciona la bravura del toro con la del torero o, tal vez, sus miedos, lo que viene a ser lo mismo. Ponce reaparecía en lo más duro de la temporada y, ya en el primero, que tenía poca fuerza, mostró sus virtudes pero, hiciera lo que fuese, no admitía parangón con su actuación en el cuarto: creo que no se puede torear mejor.

El toro tenía cierta aspereza en el capote, tomó una vara y se destapó en banderillas, sacando fuerzas de bravura y manifestando su disposición a no perder la pelea. La faena fue a más; la perfección, que, según su propio nombre parecía imposible de supera...

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El toreo relaciona la bravura del toro con la del torero o, tal vez, sus miedos, lo que viene a ser lo mismo. Ponce reaparecía en lo más duro de la temporada y, ya en el primero, que tenía poca fuerza, mostró sus virtudes pero, hiciera lo que fuese, no admitía parangón con su actuación en el cuarto: creo que no se puede torear mejor.

El toro tenía cierta aspereza en el capote, tomó una vara y se destapó en banderillas, sacando fuerzas de bravura y manifestando su disposición a no perder la pelea. La faena fue a más; la perfección, que, según su propio nombre parecía imposible de superar, alcanzaba nueva cima en cada serie, quedando en la retina unos remates ligadísimos en los que anteponía al de pecho un molinete, natural o invertido. Quizá con idea de indulto, prolongó su labor en demasía, por lo que a la hora de matar, hubo de hacerlo ante un toro pasado de faena. De todas maneras había que ser muy bravo para competir con la espléndida bravura del toro.

Salvador Vega tampoco hizo mejor al tercero, al que lidió con muchas dudas y con falta de decisión. Es verdad que el toro no tenía un muletazo pero no es menos cierto que el torero tampoco.

Todo cambió en el sexto al que lidió con muchos altibajos. Como vio que se le iba la tarde, a la hora de matar se tiró con un valor encomiable y cobró una gran estocada que le valió la oreja. El Juli empató en escasez de bravura con sus dos enemigos.

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