"Ha sido como ver una película en un cine de verano"

Atenas

A unos 12 kilómetros del estadio Olímpico, en el corazón de Atenas, en el mítico Palacio de Congresos del Zappeion, la ceremonia de inauguración se vivió como en un cine de verano. Un espacio abierto bajo las estrellas, una pantalla gigante y un público selecto, con buen paladar y espíritu crítico. "Si he de ser sincera, la ceremonia no me ha arrancado ni aplausos ni entusiasmo; simplemente, la he seguido con curiosidad e interés", decía Anthi, traductora de profesión; "lo que sí me ha gustado, en cambio, y creo que es lo que mejor representa a Grecia, es esta forma de asi...

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Atenas

A unos 12 kilómetros del estadio Olímpico, en el corazón de Atenas, en el mítico Palacio de Congresos del Zappeion, la ceremonia de inauguración se vivió como en un cine de verano. Un espacio abierto bajo las estrellas, una pantalla gigante y un público selecto, con buen paladar y espíritu crítico. "Si he de ser sincera, la ceremonia no me ha arrancado ni aplausos ni entusiasmo; simplemente, la he seguido con curiosidad e interés", decía Anthi, traductora de profesión; "lo que sí me ha gustado, en cambio, y creo que es lo que mejor representa a Grecia, es esta forma de asistir a la ceremonia: en el Zappeion, a cielo abierto, con gente de otros países, como si viéramos una película en un cine de verano".

No todo el mundo resultó tan crítico con el espectáculo. En general, la ceremonia ideada por el joven coreógrafo Dimitris Papaioannou causó impresión por su sencillez, su capacidad de resumir la historia de Grecia de forma brillante y la sorprendente utilización de los efectos especiales. "Me ha parecido mágica, sorprendente y poética", afirmaba Andreas, un músico que amenizó la espera en el Zappeion; "la elección de la música, junto con la imagen y la fidelidad histórica, han sido absolutamente acertadas".

La aparente sencillez con la que Papaioannou interpretó para el mundo la historia de Grecia provocó reacciones diferentes. "Quizás me esperaba algo más, más espectacular", decía Sara, una voluntaria española; "el lago central ha restado protagonismo a los personajes humanos". Sin embargo, para Andrea, alemana de origen griego y periodista, fue una de las características más destacadas: "De un modo sencillo ha resumido y explicado la historia de Grecia y de la humanidad. Me han gustado la simbología de la mujer embarazada, el nacimiento del olivo y la utilización del agua, un elemento importante para los griegos, aunque la ceremonia no ha sido tan vanguardista como la esperaba".

Los aplausos más sonoros en el Zappeion se los llevaron el abanderado de Grecia, el tres veces campeón olímpico Piros Dimas, y la delegación de Agfanistán.

Centenares de millones de espectadores siguieron la ceremonia por televisión en todo el mundo.

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