Ibagaza obedece a Ferrando

El Atlético mejoró. Jugó más y mejor que en la eliminatoria precedente de la Intertoto y, sobre todo, obtuvo un buen resultado ante el modesto OFK de Belgrado, que ha visto tiempos mejores -fue finalista de esta misma competición hace dos años y semifinalista de la Recopa en 1963-.

César Ferrando avisó de que venía el lobo. De que si el Atlético jugaba mal, tan mal como ante el Zlin, le iría fatal y quedaría eliminado de la Intertoto y todo sería un desastre. Avisó de que la pelota tiene que rodar por el césped. Advirtió a los jugadores de que tocando y tocando se llega más lejos, aunqu...

El Atlético mejoró. Jugó más y mejor que en la eliminatoria precedente de la Intertoto y, sobre todo, obtuvo un buen resultado ante el modesto OFK de Belgrado, que ha visto tiempos mejores -fue finalista de esta misma competición hace dos años y semifinalista de la Recopa en 1963-.

César Ferrando avisó de que venía el lobo. De que si el Atlético jugaba mal, tan mal como ante el Zlin, le iría fatal y quedaría eliminado de la Intertoto y todo sería un desastre. Avisó de que la pelota tiene que rodar por el césped. Advirtió a los jugadores de que tocando y tocando se llega más lejos, aunque parezca una tontería, que lanzando el balón lo más lejos posible de la portería propia. Se enfadó y dijo que los jugadores tenían "vicios". En realidad, se refería a que los jugadores del Atlético no jugaban al fútbol.

Ferrando, además de arengar a su vestuario, también cambió algunas piezas de sitio: metió dos laterales largos, Sergi y Contra; un mediocentro nuevo, Colsa; sacó a Fernando Torres desde el principio; y escondió a Novo situando en su puesto a Aguilera. Y la cosa funcionó mejor. Ibagaza jugó y todos jugaron. No mucho. Sin excesos. Pero sí lo suficiente para imponerse a su rival. También contribuyó al éxito rojiblanco el que el OFK no sabe defender. Así, Ibagaza se encontró con todos los metros y todo el tiempo del mundo para pensar. El pequeño argentino sabe jugar y sin nadie para estorbarle en muchos metros a la redonda, basta con conseguir que la pelota le llegue a los pies.

La presencia de Colsa también fue importante, precisamente para que la pelota llegase a los pies de Ibagaza. El mediapunta metió el primer gol de un saque de falta perfecto que retrató al portero serbio, dio el pase en profundidad que necesitaba Torres para sacarse un penalti de la manga, y premió con un centro desde la izquierda la fe de Simeone, que marcó de un cabezazo en plancha.

El OFK, sin embargo, no tenía ninguna fe en las virtudes del esfuerzo físico. Los serbios jugaron al paso. Tocaban el balón decentemente en el medio, pero nada más. Ni siquiera le ponían voluntad al ataque. Jugaron pensando que eran mejores de lo que son y se equivocaron. Ni hacían daño con sus triangulaciones ni acosaban con un mínimo de rigor a las líneas de creación rojiblancas.

Por otra parte, el Villarreal venció (1-0) en El Madrigal al Hamburgo, alemán. El vencedor de esta eliminatoria jugará una de las finales de la Intertoto contra el ganador de la que disputan el Atlético y el OFK. Además, El Valencia perdió (1-0) contra el Stoke City en un amistoso.