Reportaje:OFERTA DEPORTIVA | Verano 2004

A vista de pájaro

Las sierras de Jaén, pista de despegue para los amantes del parapente

Jaén no tiene aeropuerto, pero su espacio aéreo se satura con la llegada del buen tiempo. Y no es porque las parejas de buitres, águilas y quebrantahuesos hayan vuelto a coronar los picos de sus sierras, como desearía más de un lugareño, sino porque con las vacaciones son muchos los amantes del parapente que cada día se lanzan al vacío desde las montañas de Sierra Mágina, Cazorla, Segura y Las Villas.

El paraje de las Siete Pilillas, a un par de kilómetros de Pegalajar y en el corazón de Sierra Mágina, es una de las bases de operaciones del parapente en Andalucía. El pasado mes de junio...

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Jaén no tiene aeropuerto, pero su espacio aéreo se satura con la llegada del buen tiempo. Y no es porque las parejas de buitres, águilas y quebrantahuesos hayan vuelto a coronar los picos de sus sierras, como desearía más de un lugareño, sino porque con las vacaciones son muchos los amantes del parapente que cada día se lanzan al vacío desde las montañas de Sierra Mágina, Cazorla, Segura y Las Villas.

El paraje de las Siete Pilillas, a un par de kilómetros de Pegalajar y en el corazón de Sierra Mágina, es una de las bases de operaciones del parapente en Andalucía. El pasado mes de junio, acogió a más de 200 parapentistas que participaron en una prueba puntuable para el campeonato nacional, que desde hace tres años organiza el Ayuntamiento en colaboración con otras instituciones.

Vicente Poza forma parte del club Centro de vuelo de Pegalajar, el más veterano de la provincia con 25 socios. Casi todas las tardes, y sobre todo los fines de semana, es frecuente encontrarse a algunos de ellos desplegando sus velas de colores chillones y preparándose para despegar desde el mirador de las Siete Pilillas. Hace cinco años, Vicente voló por primera vez en un biplaza. "Lo que sentí no puedo expresarlo con palabras, pero recuerdo que al aterrizar supe que lo de volar era lo mío", afirma este hombre de 38 años que regenta un estanco. Vicente, como el resto de sus compañeros, insisten en que este deporte es seguro. "El peligro está en la persona que pilota, que debe volar atendiendo a la meteorología y a sus posibilidades", añade Vicente, quien señala que se siente "como pez en el agua" cuando escucha el viento a 2.000 metros de altura y siente en su piel el aire frío de la atmósfera.

Otro de los asiduos es Antonio Romero, que lleva volando cerca de 20 años. Éste explica que uno puede estar sobrevolando los paisajes geométricos de olivares durante más de tres horas, "hasta que el cuerpo aguante". "Incluso hemos participado en pruebas donde se recorrían cerca de 200 kilómetros", añade. Según ellos, aprender a volar es fácil. "En Granada existe una escuela que dirige el campeón del mundo Ramón Morillas y por unos 600 euros se pueden tener unas nociones básicas que abarcan desde la meteorología hasta el manejo de las velas", explica Romero. "Lo más caro es el equipo, que puede alcanzar los 3.000 euros para principiantes".

La pista de El Yelmo, el pico más alto de la Sierra de Segura, es el otro gran foco de los deportes de vuelo en Jaén. Los parapentistas destacan la belleza de un paisaje que pueden observar "a vista de pájaro", y que cada vez atrae a más deportistas. De la importancia del parapente en la comarca da fe el festival internacional de cine del aire, que se celebra todos los años a principios de julio en Segura de la Sierra. "La geografía de la provincia y su climatología nos permiten volar una media de 300 días al año. Todo un privilegio", concluye Romero.

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- Otras zonas de vuelo. Los Algodonales (Cádiz), Loja y Ceres de la Vega (Granada), Los Baños de Sierra Alhamilla (Almería).

- Más información. www.ojovolador.com. www.feada.org (federación andaluza de deportes aéreos).

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