La izquierda mestiza

Joan Ignasi Pla entró ayer con paso decidido en el décimo congreso. A la puerta, por primera vez desde hacía diez años, los miembros de una ejecutiva aguardaban a su líder para arroparlo en su camino hacia el estrado, donde fue recibido con aplausos. Señal inequívoca de que en este congreso Pla revalidará su liderazgo; pero ésa era ayer la única cuestión clara en una asamblea transfigurada en un laberinto de espejos, que arrojaba luces de tonalidades muy diversas sobre su secretario general. El presidente de la mesa del congreso y todavía alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, reconoció en s...

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Joan Ignasi Pla entró ayer con paso decidido en el décimo congreso. A la puerta, por primera vez desde hacía diez años, los miembros de una ejecutiva aguardaban a su líder para arroparlo en su camino hacia el estrado, donde fue recibido con aplausos. Señal inequívoca de que en este congreso Pla revalidará su liderazgo; pero ésa era ayer la única cuestión clara en una asamblea transfigurada en un laberinto de espejos, que arrojaba luces de tonalidades muy diversas sobre su secretario general. El presidente de la mesa del congreso y todavía alcalde de Benicàssim, Francesc Colomer, reconoció en su partido a "una izquierda mestiza", deudora del movimiento obrero, del humanismo de Joan Lluís Vives y de las libertades y los valores de justicia e igualdad, que reivindica por igual a Fuster, a Goytisolo y a Neruda. El presidente del PSPV, Juan Pascual Azorín, quiso representar la oficialidad del partido y apeló al efecto Zapatero y al argumentario sobre las bondades de los cien primeros días de gobierno. Luego, el secretario general de las Juventudes, Víctor Jiménez, optó por defender a la burocracia del partido, esos andamios políticos donde la lealtad garantiza el confort.

Bajo el calor que sufrieron los asistentes al congreso, sólo estuvo representada la dirección federal por la secretaria de Economía, Inmaculada Rodríguez Piñero. Las delegaciones socialistas estaban, según describió un militante, "a la expectativa" de que hoy el secretario general se reúna con sus portavoces con vistas a la nueva Ejecutiva, de la que trascendió que contará con un número de secretarías parecido a la federal, pero a cada una de ellas se adscribirán una, dos y hasta tres vocalías.

Con estos mimbres, Pla salió a la tribuna de oradores para presentar un informe de gestión en el que había dos recados a la asamblea: hay que salir con un equipo sólido de oposición y un proyecto claro, y sólo quedan tres años para convencer a la sociedad. Una sociedad que ayer estaba parcialmente representada en un congreso que primó el protagonismo de UGT y CC OO. Observaban dese la fila de invitados representantes de la Unió de Llauradors, Intersindical Valenciana, Uteco, Pymev y otras organizaciones.

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