Verdades
letras negras bien grandes: "Detective Privado. Acepto lo que me echen". Tras mucho meditarlo, Ángel Acebes se decide a entrar.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes, amigo, ¿qué se le ofrece? Hace calor, ¿eh?
-Pueeees....
-De acuerdo, discúlpeme. No volveré a hacerle dos observaciones a la vez. ¿Qué se le ofrece?
-Sí, bastante.
-Comprendo. Hace calor, ¿eh?
-Estoy en un apuro. Todos piensan que mentí. Tiene usted que encontrar la verdad.
-Vaya. ¿No basta su palabra? ¿Por qué no le creen?
-Es que fui ministro.
-¡Dios mío!
-De...
En el cristal esmerilado hay unas
letras negras bien grandes: "Detective Privado. Acepto lo que me echen". Tras mucho meditarlo, Ángel Acebes se decide a entrar.
-Buenas tardes.
-Buenas tardes, amigo, ¿qué se le ofrece? Hace calor, ¿eh?
-Pueeees....
-De acuerdo, discúlpeme. No volveré a hacerle dos observaciones a la vez. ¿Qué se le ofrece?
-Sí, bastante.
-Comprendo. Hace calor, ¿eh?
-Estoy en un apuro. Todos piensan que mentí. Tiene usted que encontrar la verdad.
-Vaya. ¿No basta su palabra? ¿Por qué no le creen?
-Es que fui ministro.
-¡Dios mío!
-Del Interior.
-Ejem. Yo creía que los ciudadanos, precisamente al ministro del Interior...
-Es que hubo un atentado. Todo el país dependía de mí.
-Pues con más razón.
-Es que...
AcebesTambién está lo de la huelga general. -¿Una huelga? -Bueno, en realidad, mi Gobierno dijo que no la hubo
-¿Qué?
-Lo que yo dije a los ciudadanos no era verdad.
-¿Pero no me está diciendo que...?
-¡Pero no era mentira!
-No era la verdad, pero no era mentira. ¿Eso me está diciendo?
-Eeeeeso es.
-Hace calor, ¿eh?
-¡Usted tampoco me cree!
-Yo soy un profesional, amigo. Págueme y creo que España ganó la Eurocopa.
-Verá: en el Gobierno al que yo pertenecía hubo un ministro que, cuando Galicia se llenó de chapapote, dijo que las playas se veían esplendorosas.
-Esplendorosas.
-Oiga, ¿quién le dice a usted que la culpa no fue del piloto del helicóptero, que llevó al ministro a Benidorm, y le confundió?
-Eso sí. ¿Me hablaba del chapapote?
-Otro ministro, que envió un barco al quinto pino y...
-Comprendo.
-¡Pero en seguida se puso a trabajar! Sólo se fue de caza un finde.
-Un finde.
-Y llevaba el móvil con cobertura. Pero déjeme que le cuente: hubo un accidente militar. Sesenta y tres muertos. Yyy, bueno, se ocultaron algunas cosillas.
-Ya.
-También está lo de la huelga general.
-¿Una huelga?
-Bueno, en realidad, mi Gobierno dijo que no la hubo.
-¿Pero la hubo o no la hubo?
-El Telediario dijo que no. Aunque es verdad que un juez condenó a la tele.
-¿Por mentir? ¿Y dice usted que...?
-Otra cosa. A los de Nunca Mais les llamamos terroristas.
-¿Nunca Mais?
-Los que protestaban por el asunto quinto pino.
-Comprendo.
-Les enviamos al fiscal general del Estado.
-No se andaban ustedes con chiquitas.
-También está lo de la guerra.
-¿Más mentiras?
-Casi todas piadosas. Créame.
-Perdone, amigo -se rasca la cabeza el detective-, pero ¿pretende usted en serio que yo demuestre qué cosa?
-No lo entiende. Usted tiene que encontrar la verdad. En tantos años de gobierno, alguna verdad tuvimos que decir. Encuéntrela, por favor.