Reportaje:FÚTBOL

"No puede ser, ¿por qué a mí?"

Calleja, del Villarreal, estará siete meses de baja tras sufrir la misma lesión que le tuvo el curso pasado medio año fuera de los campos

"No tiene nada de buena pinta, nada", dijo con el gesto torcido Juan Alborch, médico del Villarreal, mientras le echaba un vistazo a la rodilla derecha de Javier Calleja el sábado por la noche. El interior se había lastimado la articulación en la última jugada del partido de vuelta de la primera ronda de la Intertoto, ante el Odense (el conjunto castellonense se clasificó tras ganar 0-3 y 2-0). Fue una acción fortuita, "un mal giro" mientras defendía el balón. Nadie le tocó, pero notó el chasquido, un pinchazo agudo, y mucho dolor. La pierna se le quedó tiesa y dejó el campo ayudado por Guayre...

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"No tiene nada de buena pinta, nada", dijo con el gesto torcido Juan Alborch, médico del Villarreal, mientras le echaba un vistazo a la rodilla derecha de Javier Calleja el sábado por la noche. El interior se había lastimado la articulación en la última jugada del partido de vuelta de la primera ronda de la Intertoto, ante el Odense (el conjunto castellonense se clasificó tras ganar 0-3 y 2-0). Fue una acción fortuita, "un mal giro" mientras defendía el balón. Nadie le tocó, pero notó el chasquido, un pinchazo agudo, y mucho dolor. La pierna se le quedó tiesa y dejó el campo ayudado por Guayre y Font. "No puede ser, no puede ser, otra vez no. ¿Por qué a mí?", decía Calleja mientras el doctor Alborch le examinaba.

Ayer la mala pinta se convirtió en certeza tras una resonancia en el hospital Nou d'Octubre. Calleja se rompió el ligamento cruzado anterior de la rodilla derecha, y ayer por la tarde fue operado por el doctor Enrique Gastaldi. Estará siete meses de baja, un calvario que conoce muy bien. Hacía sólo ocho semanas que se había recuperado de la misma lesión, que sufrió la temporada pasada. Entonces fue por un choque con el portero López Vallejo en un entrenamiento y estuvo seis meses en el dique seco. El mismo camino le espera ahora, más duro si cabe porque la zona está afectada y acababa de sanar.

El jugador acudió ayer a la clínica con su mujer y su hija, de pocos meses. Se temía lo peor. "Esto es un palo muy gordo, es la segunda vez... pero he de ser fuerte, recuperarme lo antes posible, y seguir adelante", dijo a la salida del hospital. El curso pasado se esforzó para volver pronto a jugar y esta campaña comenzaba con muchas ganas. Tras las pocas oportunidades que le había dado Benito Floro, había que ganarse la confianza del nuevo técnico, Manuel Pellegrini. A su favor estaba su condición de zurdo: el Villarreal sólo cuenta además con Arruabarrena y Roger.

"Es fuerte, se recuperará pronto", afirmó ayer Manuel Llorca, secretario del consejo del Villarreal. "Ayer estaba muy afectado, trabajó muchísimo para ponerse bien y volver a jugar. Hoy está algo mejor".

Javier Calleja Rivera, madrileño de 26 años, es uno de los preferidos de la afición del Villarreal. Quizá por aquello de la empatía hacia el humilde. El jugador perdió a su madre horas antes de un partido contra el Barça en el Camp Nou, en abril de 2003, pero aún así decidió jugar. Marcó de penalti en el último minuto y se le dedicó con un mensaje bajo la camiseta a su madre, con lágrimas en los ojos y abrazado por todos. Al Villarreal llegó en 1999 tras un curso en su equipo filial, el Onda. Antes se formó en las categorías inferiores del Real Madrid, desde los infantiles, junto a Tote, Rivera y Mista. Pasó por el filial madridista, en Segunda B, y fue cedido al Almería y al Alcalá. Hasta llegar al Villarreal, donde ha vivido al ascenso a Primera y la consolidación del equipo, que el año pasado jugó las semifinales de la UEFA.

Tras eliminar al Odense, el Villarreal se enfrentará en la siguiente ronda de la Intertoto al Spartak de Moscú los días 17 y 24 de julio. Calleja seguirá en su túnel.

Guayre y Font ayudan a retirarse a Calleja, el sábado, tras lesionarse ante el Odense.ÁNGEL SÁNCHEZ

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