Dirigentes del PSOE reconocen que debían haber aceptado la inclusión de Montilla inmediatamente

No eran exactamente aires de autocrítica los que se respiraban ayer en la sede federal del PSOE, ya que están satisfechos por el resultado de su 36º congreso y por el grado de acuerdo y unidad interna, pero sí había reconocimiento de que hubo un error político de cierto calado. Ahora, miembros de la dirección socialista señalan que no debían haber mantenido durante dos días el forcejeo por la inclusión o no en la dirección federal del primer secretario del PSC, José Montilla. El propio Zapatero ha reconocido a personas de su entorno que desde el primer momento debió zanjar la cuestión y no inc...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

No eran exactamente aires de autocrítica los que se respiraban ayer en la sede federal del PSOE, ya que están satisfechos por el resultado de su 36º congreso y por el grado de acuerdo y unidad interna, pero sí había reconocimiento de que hubo un error político de cierto calado. Ahora, miembros de la dirección socialista señalan que no debían haber mantenido durante dos días el forcejeo por la inclusión o no en la dirección federal del primer secretario del PSC, José Montilla. El propio Zapatero ha reconocido a personas de su entorno que desde el primer momento debió zanjar la cuestión y no incluir a Montilla en el criterio de que los barones no debían estar en la ejecutiva sino en el Consejo Territorial. El reconocimiento de que el PSC no puede tener el tratamiento de una federación del PSOE porque es un partido independiente tardó unas horas en calar. Mientras tanto, el criterio se mantenía firme y algunos barones estimaban que no debía haber exclusiones. Después, la mayoría reconoció que fue un error mantener el pulso.

Los socialistas catalanes guardarán para siempre su máxima consideración hacia Manuel Chaves, presidente del PSOE y de la Junta de Andalucía, y hacia Juan Carlos Rodríguez Ibarra, que fueron determinantes para que Zapatero mantuviera a Montilla en la ejecutiva. Los interlocutores consultados resaltan que cuando Ibarra y Chaves subieron al estrado para ocupar su puesto en la ejecutiva, tras ser citados sus nombres, ya en el mediodía del pasado domingo, la delegación del PSC se puso en pie y les brindó una cerrada ovación.

Aplausos silenciosos

En la madrugada del domingo, los socialistas catalanes ya habían celebrado en una sala de un hotel madrileño su victoria. Toda la delegación del PSC había sido convocada a la una de la madrugada por su portavoz, Miquel Iceta, para tomar una decisión por si Montilla no era incluido en la ejecutiva.

Como anécdota quedará que los responsables del hotel les indicaron que dada la hora avanzada les facilitaban la sala, contigua a habitaciones, rogándoles el máximo silencio. "Si hay algo que aplaudir, lo haremos con el lenguaje de los sordos", propuso con éxito Iceta. En efecto, se informó de que Montilla había entrado y todos los delegados del PSC agitaron sus manos como hacen las personas que no oyen.

Ayer, algunos dirigentes territoriales que han estado en la ejecutiva con José Montilla estos últimos cuatro años reconocían lo absurdo de la situación por cuanto el PSOE sólo debe tener agradecimiento hacia ese dirigente catalán por su labor "apaciguadora" con el sector del PSC que muestra menos interés en tener relaciones tan estrechas como las que existen con el PSOE. Ha sido Montilla quien ha parado la propuesta de crear un grupo parlamentario de los socialistas catalanes, y su contribución en favor de Zapatero en la crisis con Carod Rovira fue determinante.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

En la dirección federal, no obstante, dan por seguro que este episodio pasará y en los próximos días se irá notando la "calidad" de la nueva ejecutiva en la que se concentra el núcleo más cercano a Zapatero, dirigentes veteranos y "nuevos valores" del socialismo español, procedentes del ámbito local y autonómico. Pero también hay cierta pena porque algunos de los anteriores miembros de la ejecutiva federal no estén, según reconocieron ayer quienes sí repiten. Se cita especialmente a Jordi Sevilla, ahora ministro de Administraciones Públicas. Esta ausencia ha sido explicada por Rodríguez Zapatero a personas de su confianza con el argumento de que tanto Sevilla como José Bono, ministro de Defensa, no debían estar en el órgano de dirección del partido porque ocupan las carteras de más contenido y presencia institucional del Gobierno, y no deben "mezclar" funciones.

Sobre la firma

Archivado En