Reportaje:Eurocopa 2004 | La defensa de un seleccionador acosado por las críticas

"Intentan destruirme"

Advocaat, técnico holandés, explica que Kluivert y Makaay no caben en un sistema con extremos y Van Nistelrooy , "el mejor delantero del mundo"

Dick Advocaat, el seleccionador de Holanda, va camino de completar una Eurocopa agitada. A sus 56 años, el ex técnico del PSV Eindhoven y el Glasgow Rangers ha recibido críticas como golpes desde todas las direcciones mientras su equipo progresaba a trompicones hasta su semifinal de mañana contra Portugal. Ayer presentó sus alegaciones después de que algunos de sus propios jugadores, veteranos como Kluivert o Makaay, se quejaran de no tener sitio en el once y después de que técnicos que marcaron tendencias como sus compatriotas Johan Cruyff y Louis van Gaal o el alemán Frank Beckenbauer...

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites

Dick Advocaat, el seleccionador de Holanda, va camino de completar una Eurocopa agitada. A sus 56 años, el ex técnico del PSV Eindhoven y el Glasgow Rangers ha recibido críticas como golpes desde todas las direcciones mientras su equipo progresaba a trompicones hasta su semifinal de mañana contra Portugal. Ayer presentó sus alegaciones después de que algunos de sus propios jugadores, veteranos como Kluivert o Makaay, se quejaran de no tener sitio en el once y después de que técnicos que marcaron tendencias como sus compatriotas Johan Cruyff y Louis van Gaal o el alemán Frank Beckenbauer, ahora presidente del Bayern Múnich, hayan cuestionado sus cambios, sus elecciones y su sistema de juego. "Es la primera vez en mi vida que veo a un entrenador mostrar un libro a un futbolista para darle las últimas instrucciones", comentó Beckenbauer respecto a una imagen que le sorprendió mientras veía por el televisor la entrada al césped de Makaay, delantero precisamente del Bayern, en el partido de los cuartos de final entre Holanda y Suecia.

"Makaay no es un extremo", se defendió Advocaat, entre perplejo y resignado, "y cuando entró al campo creí importante explicarle cómo tenía que tirarse a la banda para ayudar a Van Nistelrooy. Sin jugar como extremo, pero apoyando al punta. Para eso no tengo libros. Nada de libros... Sólo uno pequeño. Con una o dos páginas".

Da igual que Holanda sea semifinalista. Desde Amsterdam se pide la destitución de Advocaat. Para reemplazarlo, los medios de comunicación anuncian nombres relacionados con la generación que ganó el torneo en Alemania 1988 y sitúan a su cabeza a Marco van Basten. "Las críticas son parte del trabajo de un seleccionador como el de Holanda, país en el que las expectativas son extremadamente altas", explicó Advocaat; "otra cosa es destruir a alguien. Y esto es lo que intentan hacer sin saber lo que ocurrirá luego. Honradamente, no leo mucho los periódicos y no sé qué ocurrirá cuando termine el campeonato. En eso no me diferencio mucho de los otros técnicos". "Siempre hemos estado juntos", añadió refiriéndose a su supuesto enfrentamiento con algunos jugadores; "la cooperación ha sido excelente desde el principio".

Una de las cuestiones que se reprochan a Advocaat es el desdén que manifiesta hacia Makaay, un punta en estado de gracia al que ha preferido dejar en el banquillo. En su opinión, sin embargo, el ex deportivista es incompatible en el nuevo planteamiento porque choca con Van Nistelrooy: "Antes del torneo ensayamos un 4-4-2, con un esquema de diamante en el medio campo. La razón fue que los extremos disponibles no jugaban en sus clubes. Robben, hace dos meses, era dudoso por su estado físico. Los otros dos, Overmars y Van der Meyde, o no jugaban o eran reservas. Por esa razón, y porque tenemos cuatro delanteros de primera clase, nos planteamos jugar con un segunda punta junto a Van Nistelrooy. Podía ser Kluivert, Van Hooijdonk o Makaay. Pero no funcionó. Así que cambiamos a nuestro sistema natural, el 4-3-3, porque Van der Meyde, Overmars y Robben mejoraron físicamente cada día y Van Nistelrooy es el mejor punta del mundo. Se deja las medias por el equipo".

Contra quienes le señalan por actuar a la defensiva, retrasando a sus jugadores con decisiones como el cambio de Davids por un lateral, Heitinga, contra Suecia, Advocaat se revuelve diciendo que él nunca pide a los suyos que especulen con el resultado: "Jamás pedí a mis jugadores que se replegaran. Al contrario, les dije que no se echaran atrás, que subieran. Pero ocurre lo de siempre. Tenemos que jugar contra equipos que saben jugar también. Y, si ese día son mejores que tú, entonces te tienes que replegar para achicar el campo... Para conseguir el resultado que pretendes. Eso es lo único que importa: un buen resultado. Si es haciendo buen fútbol, bien; si no, también".

Además de tratar de despejar las dudas sobre su eficacia como seleccionador, Advocaat tiene que mentalizar a los jugadores para que acudan al estadio de Alvalade sintiéndose seguros. No es fácil, teniendo en cuenta el estado de euforia que conmueve Portugal y especialmente Lisboa. Tampoco los antecedentes operan en favor de Holanda, que ha perdido las últimas dos semifinales que jugó: en la cita europea de Bélgica y Holanda 2000, contra Italia, y en la mundial de Francia 1998, contra Brasil.

"Sabemos que no seremos los locales", concluye Advocaat, "y habitualmente lo somos porque nuestra afición copa los campos. En ese sentido, será un partido extraño. Debemos saber enfrentarnos a eso. Yo intento decir a los jugadores que sólo nos separan 90 minutos de la final. Que se olviden de 1998 y 2000".

Dick Advocaat, dando órdenes desde la banda.REUTERS

"El escándalo del pipí"

Una necesidad biológica acuciante de Makaay, una visita a la carrera a los servicios de su vestuario, podrían haberle costado caras a Holanda frente a Suecia. La prensa sensacionalista alemana, quizá desde la frustración de la eliminación de su selección, incluso sentencia que la victoria de los holandeses fue "irregular" por "el escándalo del pipí" de un jugador precisamente de la Bundesliga, del Bayern Múnich.

¿Qué sucedió? Pues que Makaay, urgido por su aprieto, abandonó el terreno en el breve lapso que hubo entre la conclusión del tiempo reglamentario y el comienzo de la prórroga sin pedir permiso al árbitro, el eslovaco Lubos Michel. La FIFA considera en su regla número 12 que tal omisión es una infracción. Por tanto, debería haber sido sancionado con una tarjeta amarilla.

Luego, en el minuto 116, Makaay fue amonestado por una falta. De haberlo sido también antes, apostilla el diario Bild, habría sido expulsado, dejando a su equipo en inferioridad numérica, y no habría podido intervenir con acierto en la decisoria tanda de penaltis.

Sobre la firma

Archivado En