Mayte Martínez sufre un 'síndrome vertiginoso'

La atleta vallisoletana fue ingresada en un hospital tras marearse después de un entrenamiento

El lunes pasado, como casi todos los días durante las dos últimas semanas, Mayte Martínez y su entrenador y marido, Juan Carlos Granados, bajaron de su concentración en los 2.000 metros de Navacerrada para entrenarse en la altura de Madrid, en la pista del INEF. Faltan menos de tres meses para los Juegos Olímpicos de Atenas y la mejor especialista española de los 800 metros y subcampeona de Europa al aire libre afina su preparación. La sesión, sin embargo, no fue tan bien como había ido otras veces.

"Ya por la mañana empezó a sentirse mareada", cuenta Granados, "pero la cosa fue a peor ...

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El lunes pasado, como casi todos los días durante las dos últimas semanas, Mayte Martínez y su entrenador y marido, Juan Carlos Granados, bajaron de su concentración en los 2.000 metros de Navacerrada para entrenarse en la altura de Madrid, en la pista del INEF. Faltan menos de tres meses para los Juegos Olímpicos de Atenas y la mejor especialista española de los 800 metros y subcampeona de Europa al aire libre afina su preparación. La sesión, sin embargo, no fue tan bien como había ido otras veces.

"Ya por la mañana empezó a sentirse mareada", cuenta Granados, "pero la cosa fue a peor por la tarde. Comimos en la residencia Blume y nada más terminar su estado se complicó. Vomitó. Se quedó vacía. La tensión le bajó por los suelos".

Aunque Mayte, de 27 años, sufrió hace cinco el insidioso mal del hipertiroidismo, del que se recuperó a tiempo para iniciar una gran carrera deportiva en los Juegos de Sidney 2000, era la primera vez que le pasaba algo similar: vómitos, mareos... "Nos preocupamos bastante", dice Granados.

Un otorrino examinó a Mayte en las instalaciones de la Blume y le diagnosticó un síndrome vertiginoso agudo de origen desconocido. Viendo que no se le pasaba, la atleta decidió ingresar en una clínica de Madrid, donde pasó la noche del lunes en observación.

Ayer, cuando se despertó, todavía seguía mareada. "Es una situación normal en estos casos", dice Juan Manuel Alonso, médico de la federación española. "Hasta las 48 horas, más o menos, de sufrido el síndrome permanecen algunos síntomas. Ahora se trata de dar con la razón de los mareos. Se le va a practicar una resonancia y a hacer una serie de pruebas. Puede que haya influido su estancia en altura, aunque sería muy extraño, o puede haber contraído un virus o incluso, aunque es poco probable a una edad tan joven, puede tener un problema en las vértebras cervicales. Pero, en teoría, este problema no debería tener repercusión a largo plazo".

Mayte y Granado no quieren pensar ni remotamente en la posibilidad de que corra algún riesgo la preparación para los Juegos de Atenas, el gran objetivo del año de la campeona vallisoletana, que terminó la cuarta en los Campeonatos del Mundo de pista cubierta del pasado invierno y no pudo competir debido a una lesión en los Mundiales de París 2003.

"De todas maneras, estamos un poco perdidos", confiesa Granado, "y no nos tranquilizaremos hasta que nos digan de dónde viene el vértigo. Nuestro mayor temor es que pueda repetirse. Esperemos que no influya para Atenas. Por ahora, lo único que nos hará cambiar es el programa de este fin de semana. Pensaba iniciar la temporada de verano compitiendo el sábado en Sevilla y seguramente lo tengamos que aplazar. Y ya veremos si puede correr el próximo martes en Zaragoza y si nos tocará cancelar la concentración en altura en Navacerrada".

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