La tregua de EE UU y el líder chií Al Sáder salta por los aires

Más de cuarenta milicianos iraquíes mueren en combates en Nayaf

La tregua alcanzada la semana pasada entre las tropas de Estados Unidos y las milicias del clérigo chií rebelde Múqtada al Sáder ha saltado por los aires. Más de cuarenta milicianos iraquíes murieron ayer en combates, según algunas fuentes, en la ciudad santa de Nayaf y en la vecina localidad de Kufa, donde se refugian los insurgentes. En Bagdad, un coche bomba que hizo explosión en la zona verde, donde se alojan las oficinas de la Autoridad Provisional estadounidense, mató a 4 personas e hirió a 25.

A sólo un mes de la llamada transferencia de soberanía de EE UU a un Gobi...

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La tregua alcanzada la semana pasada entre las tropas de Estados Unidos y las milicias del clérigo chií rebelde Múqtada al Sáder ha saltado por los aires. Más de cuarenta milicianos iraquíes murieron ayer en combates, según algunas fuentes, en la ciudad santa de Nayaf y en la vecina localidad de Kufa, donde se refugian los insurgentes. En Bagdad, un coche bomba que hizo explosión en la zona verde, donde se alojan las oficinas de la Autoridad Provisional estadounidense, mató a 4 personas e hirió a 25.

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A sólo un mes de la llamada transferencia de soberanía de EE UU a un Gobierno provisional en Irak, la violencia arrecia en el país. Tras la tregua alcanzada el pasado jueves, se han sucedido los combates esporádicos entre estadounidenses y milicianos chiíes. Ayer, no obstante, se agravaron tras la muerte de dos soldados norteamericanos en la zona. Los combates también se cobraron la vida de hasta 45 milicianos partidarios de Al Sáder, según CNN.

En EE UU, mientras tanto, la revista Time publicó un documento que confirma que el vicepresidente Dick Cheney gestionó un contrato multimillonario en Irak para su antigua empresa, Halliburton. Se trata de un correo electrónico en el que un alto funcionario del Pentágono manifiesta que el contrato ha sido "coordinado" con Cheney. La noticia aumenta la presión sobre George W. Bush, que en un discurso pronunciado ayer en Arlington (Virginia) volvió a enmarcar la invasión de Irak en la guerra contra el terrorismo y la justificó como una cuestión de valores.

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