100 limusinas en manifestación

El magnate ruso Borís Berezovski plantó ayer ante la Embajada de Moscú en Londres cien limusinas en protesta por el supuesto ataque "personal y político" de las autoridades del Kremlin contra algunos empresarios de ese país. La lujosa procesión llegó hasta las puertas de la misión diplomática rusa en el Reino Unido para depositar, con Berezovski a la cabeza, docenas de pancartas con eslóganes como "Empresarios rusos contra el KGB" o "Empresarios rusos contra Estado policial". Con esa curiosa manifestación, Berezovski trató de llamar la atención sobre el caso del hombre más rico de Rusia...

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El magnate ruso Borís Berezovski plantó ayer ante la Embajada de Moscú en Londres cien limusinas en protesta por el supuesto ataque "personal y político" de las autoridades del Kremlin contra algunos empresarios de ese país. La lujosa procesión llegó hasta las puertas de la misión diplomática rusa en el Reino Unido para depositar, con Berezovski a la cabeza, docenas de pancartas con eslóganes como "Empresarios rusos contra el KGB" o "Empresarios rusos contra Estado policial". Con esa curiosa manifestación, Berezovski trató de llamar la atención sobre el caso del hombre más rico de Rusia, el propietario de la compañía petrolera rusa Yukos, Mijaíl Jodorkovski, quien está encarcelado desde octubre del pasado año. Jodorkovski, cuya fortuna personal se calcula en más de 4.000 millones de euros, ingresó en prisión acusado de fraude y evasión de impuestos. Según el exiliado magnate, quien disfruta de asilo político en el Reino Unido, el caso de Jodorkovski es el "ejemplo más claro" de la supuesta represión del Kremlin. Desde las limusinas, el controvertido empresario también aprovechó la publicidad recibida para pedir a las compañías occidentales que no "participen en la distribución de propiedades que ya tienen dueños", como Yukos y otras tantas compañías rusas. La figura de Berezovski, uno de los empresarios y políticos más influyentes en la época del presidente Borís Yeltsin, simboliza al grupo de oligarcas rusos que, gracias a sus conexiones políticas con el Kremlin, amasaron elevadas fortunas tras el colapso de la Unión Soviética y los consiguientes procesos de privatización de empresas estatales.-

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