Crónica:FÚTBOL | 38ª y última jornada de Liga

El Barça falla en las dos áreas

El Zaragoza remonta un gol de Saviola en La Romareda y firma una laboriosa victoria

El ridículo del Madrid permitió al Barcelona pasar desapercibido por Zaragoza. Los azulgrana desperdiciaron un gol de ventaja atrapado por Saviola en los momentos en que gobernaba Ronaldinho y se dejaron remontar el partido por no saber estar en las dos áreas. Le faltó pegada tanto en el ataque como en la defensa. En tierra de nadie, los azulgrana aceptaron la derrota como un mal menor porque tenían a buen recaudo la segunda plaza de la Liga.

Descolocado y despistado, el Barcelona pasó un mal rato nada más comenzar el partido, sometido a la agresividad y el dinamismo del Zaragoza, tan p...

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El ridículo del Madrid permitió al Barcelona pasar desapercibido por Zaragoza. Los azulgrana desperdiciaron un gol de ventaja atrapado por Saviola en los momentos en que gobernaba Ronaldinho y se dejaron remontar el partido por no saber estar en las dos áreas. Le faltó pegada tanto en el ataque como en la defensa. En tierra de nadie, los azulgrana aceptaron la derrota como un mal menor porque tenían a buen recaudo la segunda plaza de la Liga.

Descolocado y despistado, el Barcelona pasó un mal rato nada más comenzar el partido, sometido a la agresividad y el dinamismo del Zaragoza, tan productivo en la línea de medios que Villa alcanzó dos veces el marco de Valdés. Falló entonces el delantero asturiano porque no atinó en el remate ni en el pase, confuso como se presentó en la zarandeada área visitante. Al rescate azulgrana acudió como es costumbre Ronaldinho, que se arrancó por el margen izquierdo del campo con un porte soberano y desequilibrante. Fallón en la primera asistencia del brasileño, Saviola no desaprovechó la segunda. Ronaldinho habilitó con un toque tan sutil como un taconazo a Van Bronckorst, que profundizó por el carril, centró con la zurda para la cabeza de Xavi y el volante bajó la pelota para la llegada del argentino, que no perdonó.

ZARAGOZA 2 - BARCELONA 1

Zaragoza: Zaparaín; Rebosio (Soriano, m. 46), Álvaro, Milito, Toledo (David Pirri, m. 73); Cani, Ponzio, Generelo, Movilla; Dani y Villa (Yordi, m. 68).

Barcelona: Víctor Valdés; Reiziger (Overmars, m. 69), Márquez (Kluivert, m. 76), Oleguer, Van Bronckhorst; Xavi, Cocu, Davids (Motta, m. 78); Gabri, Saviola y Ronaldinho.

Goles: 0-1. M. 9. Ronaldinho toca de tacón para Van Bronckhorst, quien centra desde la izquierda, Xavi deja de cabeza para Saviola y el argentino remata a la red.

1-1. M. 41. Generelo centra desde la izquierda, Van Bronckhorst se come la pelota y Cani empalma a la red previo control con el pecho.

2-1. M. 59. Villa profundiza por la banda izquierda, llega al primer palo y sirve el pase de la muerte para Soriano.

Árbitro: Ramírez Dominguez. Mostró la tarjeta amarilla a Gabri.

La Romareda: 32.000 espectadores.

Los azulgrana se abandonaron en el segundo tiempo después de un buen comienzo
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El juego combinativo de Ronaldinho-Van Bronckhorst-Xavi-Saviola ha solucionado muchos de los problemas estructurales del equipo durante la Liga. La organización ofensiva azulgrana da de hablar en cada partido porque el tercer jugador cambia a menudo. Fijos Ronaldinho y Saviola y ausente por lesión Luis García, unas veces aparece Iniesta, otras Luis Enrique, a veces Overmars y ayer Gabri. Especialmente solvente como tapón, al internacional azulgrana le cuesta más abrirse como extremo, aunque en su ayuda acudieron Xavi y también Saviola, que se vuelca a la banda cuando es menester.

Ningún futbolista tuvo en cualquier caso el protagonismo de Ronaldinho, que a la media hora estuvo tan lento en el remate franco ante el debutante Zaparaín como rápido al habilitar acto seguido a Davids, que no acertó a cerrar el partido. La exuberancia del brasileño achantó inicialmente al Zaragoza, que se pegó una panzada de correr. La laboriosidad local encontró recompensa antes de alcanzar el descanso por la falta de tensión defensiva de los laterales azulgrana y sobre todo por los problemas de Márquez para cerrar como central. Más volante que lateral, Van Bronckhorst se comió un centro de Generelo y habilitó a Cani, que no falló en el disparo frente al vendido Valdés.

Reanudado el partido, el Zaragoza porfió en su empeño por cerrar la temporada con un triunfo después de haberse puesto a salvo del descenso y ganar la Copa en Montjuïc. Víctor Muñoz le ha dado al equipo más consistencia y un solfeo futbolistico acorde con las características de los jugadores. Fuerte en el eje defensivo y en la divisoria, el Zaragoza tiene una buena salida en las piernas de Villa, un delantero rápido y veloz que busca la portería contraria por la vía más directa. A partir del entusiasmo y del sentido común, los aragoneses equilibraron el partido para sorpresa del Barça, al que le faltó pegada cuando Ronaldinho y Xavi campaban a sus anchas por La Romareda, un estadio que no se les da nada bien a los azulgrana.

El marcador de la jornada jugaba a favor, de todas maneras, del Barcelona. El gol de Soriano, depués de que Villa le pusiera en franquicia ante el meta azulgrana, coincidió precisamente con el cuarto tanto de la Real Sociedad en el Bernabéu, un marcador que convertía en intrascendente el resultado de Zaragoza. Al Barça, sin embargo, se le puso mala cara por la derrota y se fue a por el empate. El encuentro entró en una rueda de cambios que expresó claramente las intenciones ofensivas barcelonistas. Rijkaard recurrió a dos delanteros puros,Ovemars y Kluivert, en detrimento de dos zagueros natos, Reiziger y Márquez, y el equipo ganó presencia ofensiva. A Gabri se le escapó un remate por un dedo, Kluivert forcejó por cada pelota y Zaparaín tuvo que emplearse a fondo de forma reiterada. El portero tuvo un debut espléndido en su propia casa. No hubo manera de que cediera al empuje forastero. El Zaragoza aguantó a pie firme con Zaparaín y Milito a la cabeza. Les tembló el pulso a los azulgrana, que flaquearon en las dos áreas.

Desparecido Ronaldinho, fatigado a veces y bien controlado en otras, y débil en el ataque estático, el Barcelona se hizo un lío y no le quedó más remedio que aceptar el triunfo del Zaragoza, muy celebrado por su hinchada, que ha pasado un curso plagado de emociones.

Zaparain, portero del Zaragoza, detiene el balón, acosado por Ronaldinho.EFE
Reiziger intenta el despeje ante Generelo.EFE

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